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Patricia posa con su perro labrador 'Vueltas', con el que sale a correr por las mañanas. BELÉN DE MIGUEL
La psicóloga que saborea su propia medicina
La semana de Patricia Ramírez

La psicóloga que saborea su propia medicina

Fetiche del Mallorca o el Betis, esta aragonesa «jubilada del fútbol», que aborrece la TV basura y ha hecho de las redes sociales su despacho, describe en su último libro, 'Somos fuerza', cómo sobreponerse a la adversidad

Domingo, 14 de marzo 2021, 00:18

Patricia Ramírez (Zaragoza, 1971) es un torbellino. Psicóloga de éxito, conferenciante, escritora, madre de cuatro hijos -«dos de mi actual esposo y dos míos, somos un matrimonio ensamblado»-, colaboradora en ONGs, guionista y actriz de sus propias obras de teatro... Uno tiende a pensar ... que tendría pesadillas si desaprovechara un solo minuto del día, hasta que habla con ella y descubre que esta mujer, en otra vida fetiche de equipos como el Mallorca o el Betis y ahora «jubilada del fútbol por una crisis de valores», hace tiempo que ha encontrado el equilibrio, que ahora envasa en cómodas píldoras y lanza cada mañana en 'posts' que sacuden las redes. 377.000 seguidores tiene sólo en Instagram. El jueves sacó a la venta su libro 'Somos fuerza', escrito al calor de la pandemia y donde describe cómo sobreponerse a la adversidad. Lo hace a través de historias personales, incluida la suya: «Un día me levanté y mi marido había desaparecido. Cogió su maletín y nunca más volví a verlo». Si pensaban que iba a venirse abajo...

Lunes

6.15 horas. Madrugo para salir a correr con el perro, un labrador de 8 años que se llama 'Vueltas'. En 40 minutos nos toca dar unas cuantas. Para mí es una necesidad hacer ejercicio, lo que llamo uno de mis 'irrenunciables': igual que otros necesitan reservarse unos minutos para leer, cocinar o echarse la siesta. Sólo me salto el ritual si es para ir al gimnasio con mis hijas y a nadar.

10.00 horas. Los de TVE vienen una vez al mes para grabar el espacio de psicología que tengo en 'Para todos La 2' y que se emite sábados alternos. Lo hacemos en el Teatro Principal de Zaragoza, en el Museo Goya... Dos horas y media, desde que me maquillan hasta que acabamos.

18.00 horas. Hoy es 8-M, pero no voy a salir a manifestarme, me parece una irresponsabilidad con la que está cayendo. Yo para esto soy muy particular: he escrito un post donde animo a las mujeres que se sientan libres para volver solas a casa, para tener sexo con quien quieran sin tener que dar explicaciones, para jugar al fútbol sin que las llamen marimachos, que se vistan como quieran y que sean madres o que no lo sean. Pero que al mismo tiempo respeten también en este proceso a los hombres, como mi marido y mi hijo, y entiendan que no son el enemigo.

Martes

8.30 horas. Empiezo la jornada consultando el correo, escribiendo... Dedico tiempo a revisar estudios científicos de universidades americanas. Es mucho más que leer: hay que extraer conclusiones, transformarlas al lenguaje cotidiano y así dar contenido a las redes sociales, algo fundamental para mi trabajo. El despacho está lleno de posits, ideas sencillas que luego elaboro.

11.00 horas. Perico, uno de mis mejores amigos, es director territorial de la ONG Cooperación Internacional. Oírle hablar me transmite mucha paz. Colaboro con él a través de un proyecto que tenemos en VidaCaixa que se llama 'Personas de bien' y en el que hacemos entrevistas informales a gente cuya actitud ante la vida resulta inspiradora. Por allí han pasado Vicente del Bosque, Laura de 'Malas Madres', Edurne Pasaban o Gabriel Heras, que lleva el proyecto HU-CI en hospitales.

13.30 horas. La comida es la excusa para reunirnos todos, aunque cada uno tenga su ritmo. Cocino muy especiado porque en casa nos gustan los sabores exóticos: marroquí, tailandés, japonés... Lo que mejor me sale es la pasta: al curry, con coco... Enciendo la televisión, pero la intención es otra: mi marido baja un poco el volumen y echo una cabezada de 10 minutos.

Miércoles

11.30 horas. Toca conferencia, ahora que muchos eventos de empresa son virtuales. No me quito de la cabeza la bronca política que hay estos días en el Congreso. Me sacan de quicio los políticos, no importa del partido que sean, permanentemente instalados en el «pues y tú más», cómodos en la confrontación en vez de buscar consensos. Tampoco aguanto a los negacionistas.

21.30 horas. Pizza para cenar. De verduras, de atún, de jamón... como sea, pero la masa la preparo yo. Hacemos sobremesa para ponernos al corriente de los temas del día y cuando los chavales se van a su cuarto, mi marido y yo bajamos al salón y ponemos una serie. Nos encanta 'The good doctor', la del médico autista, y de las españolas, 'Desaparecidos'. No aguanto los programas basura. En cuanto veo 'La isla de las tentaciones' o cualquier otro de cotilleos, me da el telele. ¡Qué nivel, por Dios!

Jueves

11.30 horas. Tengo reunión de psicólogos. El confinamiento ha aumentado muchísimo la necesidad de atender temas emocionales y también mi carga de trabajo. Monté una clínica 'online' porque yo ya no daba abasto: empezamos 5 y somos ya 12. Transformé los talleres presenciales en virtuales y creo que la gente está contenta.

12.30 horas. Otra reunión, esta con mi equipo de trabajo, desperdigado desde Barcelona a Canarias. Buscando contenidos para la red sobre bienestar emocional, ya sea motivación, ansiedad, buenos propósitos... Ahora estoy poniendo retos, como hacer esas cosas que nos gustan a cada uno y para las que nunca sacamos tiempo.

19.00 horas. Organizo un taller virtual que requiere mucho contenido en las redes para que la gente se apunte. El de esta semana es sobre aprender a relacionarnos con la ansiedad; la semana pasada cómo potenciar la autoestima del niño; la anterior, comunicación de pareja y cómo cortar una relación tóxica...

Viernes

9.00 horas. Es la hora de la terapia en grupo gratuita, un proyecto solidario que tengo en el que 25 personas van rotando cada mes. También me ha dado por montar un club de lectura, otra de mis aficiones innegociables. La gente ha respondido con tanto fervor que ya llevamos tres libros. Ahora estamos con 'La vida contada por un sapiens a un neanderthal', de Millás y Arsuaga.

Sábado

8.00 horas. Yo al mercado llego la primera. Pescado, fruta, verdura... carne poco. Hago la compra una vez por semana: me encargo de lo fresco, alguna salsita en el Corte Inglés... en fin, lo exquisito. Al Mercadona va mi marido [Risas].

11 horas. Ensayo la obra de teatro 'La ansiedad no mata, pero fatiga', que he escrito a medias con Rafa Blanca y cuyo estreno será en abril. Me animé después de hacer '10 maneras de cargarte tu relación de pareja', una conferencia teatralizada que funcionó muy bien.

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