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Adiós a la purpurina y las microperlas exfoliantes

Contaminación por microplásticos

Adiós a la purpurina y las microperlas exfoliantes

La UE llega a un acuerdo para restringir la venta de estos productos porque contienen microplásticos que acaban en los océanos y atentan contra el medio ambiente

Julia Fernández

Martes, 26 de septiembre 2023, 17:38

La guerra a los microplásticos avanza en Bruselas. La UE ha prohibido ya la venta de productos en los que se hayan añadido intencionadamente microplásticos, y esto afecta a diferentes productos, desde la purpurina y los exfoliantes a detergentes, cosméticos y juguetes. Se trata de ... un paso más en los esfuerzos de la entidad por reducir la contaminación de estos agentes en un 30% en los próximos siete años.

La restricción abarca a todas las partículas de polímeros sintéticos inferiores a cinco milímetros que sean orgánicas, insolubles y resistentes a la degradación. Se trata de sustancias añadidas cuyo objetivo es dar textura, frangancia o color al producto final.

Están exentos de la medida los productos utilizados en emplazamientos industriales o que no liberan microplásticos durante su uso. Aunque los fabricantes sí deberán dar instrucciones sobre cómo utilizar y eliminar el producto para evitar las emisiones de estas materias.

Las primeras medidas empezarán a aplicarse en 20 días y se centran en la «purpurina no adherente y las microesferas» que llevan algunos exfoliantes. Estos sectores ya sabían que estaban en el punto de mira. En otros casos, la prohibición se aplicará más tarde, para dar tiempo a las partes a desarrollar alternativas.

Daño para la salud

El problema de los microplásticos es uno de los mayores a los que se enfrentan los científicos en todo el mundo. E lecho marino está contaminado con unos 14 millones de toneladas de este material, según un estudio de investigadores australianos. Pero va más allá de lo que está depositado ahí, los animales que viven en estas aguas están infestados y algunos de ellos pasan luego a formar parte de nuestro menú.

En 2017, unos científicos belgas calcularon que los aficionados a los mejillones podrían comer hasta 11.000 partículas de plástico en un año. Otros informes habla de que cada semana nos 'comemos' el equivalente al peso de una tarjeta de crédito. Y no es algo inocuo. Según un estudio de la Universidad de Medicina de Viena, publicado en 2022, el microplástico ingerido supone un riesgo para la salud, sobre todo en personas con enfermedades crónicas, como la diabetes, la obesidad o la hepatitis.

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