El Princesa de Asturias reconoce el «heroico espíritu» de los sanitarios

El premio va a todos aquellos que han asumido «graves riesgos y costes personales, incluso la pérdida de la propia vida» por haber estado «expuestos a una alta y agresiva carga viral». Entre los sanitarios se cuentan más de 50.000 contagios y al menos 70 fallecidos, según datos oficiales.

Su labor ha tenido un «encomiable nivel de profesionalidad y compromiso», atendiendo a más de 250.000 personas en un país asolado por el virus. Todos ellos tuvieron una «entrega incondicional, haciendo frente a largas jornadas de trabajo sin contar, en ocasiones, con el equipamiento y los medios materiales adecuados». De esta manera, ninguno de los que conformaron esa «primera línea» de defensa se ha quedado fuera del reconocimiento.

Propuestos por tres científicos que han ganado este premio en años anteriores -Ginés Morata, Pedro Miguel Echenique Landiríbar y Salvador Moncada-, los trabajadores que han sido aplaudidos cada tarde a las ocho se han impuesto a una treintena de candidaturas, después de la deliberación de un jurado que se ha reunido por primera vez por vía telemática, debido a la crisis sanitaria. El pasado año, el Premio a la Concordia, que tiene sede en Oviedo, fue para la ciudad polaca de Gdansk, un símbolo de la resistencia contra el nazismo y por la libertad.

Los ganadores de 2020 se han convertido, a juicio del patronato de la fundación que otorga los premios, en otro «símbolo» al estar en contacto directo con los afectados graves de la Covid-19, sobre todo con los pacientes, más de 27.000 según datos del Gobierno, que murieron en los hospitales. Un colectivo que ha recibido «constantes muestras de agradecimiento y solidaridad no sólo por el conjunto de la sociedad española, sino también en el ámbito internacional». Siempre con un «comportamiento ejemplar» ante un «futuro incierto».

El anuncio del Princesa de Asturias a la Concordia para los sanitarios se hizo público el mismo día que moría otro médico. Contagiado de la Covid-19 Miguel Ángel Peiteado, natural de Madrid pero afincado en Toledo desde hacía tres décadas, había desarrollado su profesión en Atención Primaria, y trabajaba actualmente en la Residencia de Ancianos de Villanueva del Alcardete. «Este premio va para él, para vosotros, para los que nos dejasteis, para los que estáis entre la vida y la muerte, para los que estáis luchando con las huellas que este virus os dejó, por los que seguís dando lo mejor de nuestra profesión», agradeció Serafín Romero, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM).

Distintos ámbitos del sector sanitario han querido recordar, como lo ha hecho el acta del jurado, que se han enfrentado a la pandemia sin equipos adecuados de protección y sin acceso a los test para confirmar o descartar los contagios, razones por las que se exponían no sólo ellos sino también sus familias.

Unos y otros han recordado también que se ha trabajado sin descanso, con turnos dobles y sin librar fines de semana o festivos. «La noticia está llevando ya alegría a los corazones de todos los profesionales que están ahora, en este preciso momento luchando contra este virus que tanto daño ha provocado», dijo Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería (CGE). «(Los enfermeros) hemos sido la profesión sanitaria más expuesta por nuestra cercanía a la hora de atender a los pacientes».

Varios sindicatos y organizaciones han coincidido en la necesidad de convertir este reconocimiento en una mayor inversión en el sector sanitario. Antonio Cabrera González, secretario general de la sección sanitaria de Comisiones Obreras (CCOO), pidió que el premio incluya también a «todos los profesionales» del sector de la dependencia, junto al aumento de las plantillas, mientras el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) recordaba a los «compañeros que han fallecido en el ejercicio de su profesión», donde hay un déficit, dicen, de de enfermeros.

Los farmacéuticos, por su parte, quisieron recordar a las 19 personas que trabajaban en una farmacia y que fallecieron víctimas del virus, personas que lo «han dado todo más allá de lo profesionalmente exigible. En muchos casos, su propia vida», dijo Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos.