Borrar
Las diez noticias imprescindibles de Burgos este lunes 20 de enero
El presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, recibe y saluda a Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, este sábado en L'Eliana. EFE
El rifirrafe entre Robles y la Generalitat por el despliegue del Ejército rompe la frágil tregua

El rifirrafe entre Robles y la Generalitat por el despliegue del Ejército rompe la frágil tregua

La ministra de Defensa refiere su «frustración» por las limitaciones del Gobierno valenciano, que carga contra su «intolerable deslealtad»

Viernes, 1 de noviembre 2024, 12:13

A la tercera jornada en el infierno abierto por la DANA, este viernes, Día de Todos los Santos en el calendario festivo de un país vestido de luto por los más de 200 muertos que contabiliza ya la catástrofe, tampoco hubo tregua entre las dos principales administraciones -la Generalitat valenciana de Carlos Mazón y el Gobierno de Pedro Sánchez- concernidas en la gestión de la crisis. Ni el abrazo de Mazón y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, al incorporarse éste último en nombre del Ejecutivo Centro de Control de Emergencias (Cecopi), ni el apaciguamiento de los roces verbales entre el PP de Alberto Núñez Feijóo y los socialistas, ni el despacho institucional entre el Rey y el presidente Sánchez en la Zarzuela ante la hecatombe permitieron que las horas de aparente tregua cristalizaran.

Si en el estallido de la crisis más severa que afronta el país desde la pandemia el detonante de las hostilidades fue la activación -tardía, según se atribuye al Ejecutivo regional- de la alerta el martes a las 20:11 horas, cuando ya miles de ciudadanos estaban atrapados por el desmedido temporal, ahora es el despliegue del Ejército -igualmente tardío, a tenor de la dolorida indignación de los damnificados en la zona cero de la catástrofe- el que ha desatado la tormenta, esta institucional, entre los gobiernos concernidos. Todo en un día en el que la llegada al epicentro de la catástrofe, para colaborar en la búsqueda de los incontables desaparecidos y en el auxilio de los desesperados supervivientes, de 500 soldados que se suman a los 1.200 ya activados de la Unidad Militar de Emergencias (UME) fue recibida con el alborozo propio de quienes se han quedado con lo puesto y afrontan unas condiciones vitales al límite.

La constatación por la ministra de Defensa, Margarita Robles, de la «frustración» que dijo sentir en una entrevista en La Sexta por el hecho de que la Generalitat hubiera limitado inicialmente, según su relato, la intervención del Ejército a la UME y en la zona de Utiel y Requena, dos de las localidades más devastadas por la DANA, provocó a última hora de la tarde la respuesta del Ejecutivo de Mazón por la vía de un duro comunicado. Es decir, por escrito y con membrete oficial, lo que refleja la entidad del malestar que quiso transmitir la Generalitat.

«Jugar con el dolor»

Fue su portavoz, Ruth Merino, quien personalizó primero la crítica contra la ministra, cuyo discurso calificó como una «intolerable deslealtad» tras haber dicho, también, que lo el desafío en Valencia no se trata tanto de «un problema de número de militares, sino de las capacidades en función de lo que se necesite» y congratularse de que, el jueves, Mazón se hiciera «consciente de la importancia del Ejército» al requerir la ampliación de efectivos.

La traducción que efectuó la portavoz de la Generalitat fue que la titular de Defensa parece dispuesta a «jugar con el dolor de las personas». «Pensábamos que la ministra no sería capaz de meterse con las personas ni de jugar con su dolor», incidio Ruth Merino, quien recalcó al tiempo que la ministra «sabe perfectamente que la UME actúa desde el primer momento en la emergencia de la DANA»; o lo que es lo mismo, una manera de asegurar que el Gobierno regional asumió la necesidad de contar con el Ejército desde que el temporal se transformó en el desastre natural más destructivo en lo que va de siglo en España. Minutos más tarde, el propio Mazón afirmaba en Antena 3 lamentar «profundamente» las consideraciones de Robles.

La crudeza de la confrontación en un asunto tan nuclear y delicado como el modo en que están plantándole cara las distintas administraciones del Estado a semejante drama colectivo terminó empañando la imagen de unidad que habían querido exhibir el presidente valenciano, que comanda la gestión de la crisis en su comunidad, y el ministro Grande-Marlaska. Una imagen, fruto del acuerdo cerrado la víspera entre el barón del PP y Sánchez para que el Gobierno central esté presente en el Centro de Control de Emergencias, que permitió solapar un inicio de Todos los Santos marcado por la renovada crítica de los populares a la publicación en el BOE del decreto por el que se reforma la elección de los consejeros de RTVE.

Una celeridad que fuentes del partido de Feijóo contrastaron, en negativo, con los recursos movilizados por el Ejecutivo de Sánchez ante la tragedia. Pero lo que se aventuraba como otro posible foco de bronca no pasó de ahí. «Estamos ante una emergencia nacional. Son necesarios todos los medios del Estado», acotó ayer su mensaje en X el jefe de la oposición, evitando polemizar esta vez directamente con Moncloa. Hasta que, a última hora, la tensión volvió a reventar.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta El rifirrafe entre Robles y la Generalitat por el despliegue del Ejército rompe la frágil tregua