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J.M.L.
Toledo
Martes, 27 de julio 2021, 19:43
La Audiencia Provincial de Toledo ha condenado a 8 años y medio de cárcel a un sacerdote por un delito continuado de abusos sexuales con acceso carnal a una menor de 14 años de quien era con «consejero espiritual». Los hechos ocurrieron en el ... colegio que la Compañía de María tiene en Talavera de la Reina (Toledo).
La sentencia considera probado que el cura abusó de forma repetida de la niña en el curso escolar 2010-2011, cuando la pequeña contaba con 14 años de edad. Los abusos se iniciaron en el verano de 2010 cuando ambos coincidieron en un viaje organizado por el centro para recorrer el Camino de Santiago. Al iniciarse el curso escolar en septiembre, el cura se convirtió en su «consejero espiritual» ya que los padres de la niña habían decidido separarse, situación que había generado angustia y confusión en la menor «al verse inmersa en un ambiente de conflicto familiar derivado de la crisis familiar en la que se hallaban sus progenitores», según argumentó la fiscalía durante el juicio.
De esta manera, el «director espiritual» de la menor comenzó a tratarla en una sala del colegio un día cada tres semanas y más tarde en un despacho de la parroquia de San Ildefonso, de Talavera, donde el cura ejercía como sacerdote. En sus encuentros, el ahora condenado insistió a la niña para que accediera a besarle pero pronto fue más allá en sus intenciones desnudado a la pequeña y realizándole tocamientos bajo la excusa de que «lo hago porque Dios me lo pide». Más tarde llegó a tener acceso carnal con ella. En algunas ocasiones la niña se negó pero el sacerdote le hacía sentirse culpable llamándola «puta», la agredía y amenazaba de muerte y le obligaba a realizarle felaciones tras lo cual le indicaba que si se le ocurría contar estos hechos nadie la creería.
Los abusos sexuales a los que la menor era sometida salieron a la luz cuando la víctima inició sus estudios universitarios. Una doctora le diagnosticó un trastorno de adaptación con síntomas de anorexia y llegó a estar ingresada para tratar este trastorno en la conducta alimentaria.
A raíz de este problema, su madre y el sacerdote acordaron someter a la joven a un exorcismo al entender que el origen era la influencia de Lucifer. Una vez realizado un exorcismo con presencia de otro sacerdote, el cura ahora condenado decidió practicarle otro por su cuenta pero en solitario, lo que aprovechó para volver a abusar de ella. La situación se complicó cuando el cura inició una relación sentimental con la madre en junio de 2014. Finalmente, la víctima denunció los hechos ante la Justicia, que ahora ha condenado al religioso a 8 años y medio de cárcel, a pagar una indemnización de 50.000 euros y a la prohibición de comunicarse con la joven por cualquier medio a una distancia inferior a 300 metros durante 18 años.
La pena impuesta es inferior a la que pedían la fiscalía y la acusación particular -17 y 22 años de prisión respectivamente-. En cuanto al estado de la víctima, está diagnosticada de un trastorno por estrés postraumático, anorexia nerviosa compulsiva-purgativa y trastorno de inestabilidad emocional de la personalidad tipo límite.
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