Obligan a cerrar un gimnasio de Albacete por el ruido de las pesas

Y es que la música ambiental elegida para animar a los clientes a ejercitarse sonaba a un volumen excesivo y, además, estos clientes no parecían tener en cuenta el derecho de descanso de los vecinos del inmueble porque dejaban caer las pesas contra el suelo, lo que había originado pequeñas grietas en el garaje. Por si esto fuera poco, el gimnasio no contaba con un buen sistema de aislamiento.

La denuncia del vecino no cayó en saco roto y la Policía Local acudió a su domicilio para realizar una medición de los ruidos procedentes del gimnasio. El resultado: ruidos superiores a 50 decibelios cuando el máximo permitido por la Ordenanza Municipal de Medio Ambiente de Albacete está establecido en 30. Los agentes se dirigieron después al responsable del negocio para que corrigiera esta situación, algo que no ha ocurrido y que ahora deriva en su cierre.