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Domingo, 21 de octubre 2018, 15:11
«Menuda noche hemos pasado». La familia Pérez-Díaz, vecina de Bobadilla Estación, ha invertido toda la noche en evitar que el agua subiera de nivel en su vivienda. La casa conecta dos calles en diferente nivel, por lo que el pasillo principal y el ... salón ha hecho las veces de canalización. «Tenemos los nervios que nos va a dar algo», apunta la madre fregona en mano.
Varios vecinos trabajan a la vez achicando el agua, que ha entrado sin control y alcanzado los treinta centímetros. El sumidero del garaje de la vivienda no para de bozar y todos coinciden en una cosa: «Esta noche no se nos olvidará nunca».
En la casa de al lado, un matrimonio joven ha tenido más suerte. «Nos pilló despiertos y empezamos a coger cubos de agua». Por suerte, los muebles se han salvado aunque las paredes están llenas de barro. «Cada minuto sacábamos varios litros sin parar, hemos estado toda la noche despiertos».
Varias personas han tenido que pasar la noche en la estación de tren de la pedanía. Un matrimonio con su nieto y un joven de Antequera acudieron a las instalaciones de Adif, la familia porque su casa «se inundaba». «El agua empezó a entrar a borbotones, la cama flotaba y pasamos un miedo que yo nunca había vivido», explica ella, que prefiere no decir su nombre. El joven que los acompaña tenía que volver a Antequera, pero se vio atrapado en plena calle sin poder coger el autobús. Y como ellos, centenares de malagueños pasaron una noche de nervios, tensión e incertidumbre por la intensidad del agua y las inundaciones.
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