Navidades artesanas

Un año más ha llegado la Navidad y con ella el consumismo desenfrenado que en las últimas décadas se ha incrementado exponencialmente. De hecho, las campañas navideñas cada vez comienzan antes y se nutren de modas importadas de Estados Unidos como los ya generalizados Black Friday y Cyber Monday.

No obstante, hay algo muy europeo dentro de estas iniciativas de consumo: los mercadillos navideños, eventos que en países como Alemania, Austria o Francia atraen a visitantes nacionales y extranjeros (al menos en lo que era la antigua normalidad), y que en nuestro país van cobrando fuerza. En Burgos, como ya es costumbre, se ha instalado el XXIII Mercado Navideño de Oficios Artesanos organizado por Coarte, el Colectivo de Artesanos de Burgos y que este año viene marcado por un protocolo Covid con unas medidas de seguridad bien definidas y dignas de mención: control de aforo, itinerario de visita y seguridad que controla que se cumplan todas las medidas establecidas. Desde la entrada hasta la salida del mercado el visitante está respaldado por una organización, que sin duda, ofrece la seguridad que necesitamos en estos tiempos. Bravo por ellos.

Entre las casetas encontramos propuestas variadas, muy apropiadas para esta época de obsequios y detalles. La artesanía es la protagonista y se pueden encontrar desde trabajos de madera, textiles o joyería pasando por alimentación o cosmética. Y todo lo que se me estará quedando en el tintero. Merece la pena invertir en piezas realizadas a mano y en nuestra tierra, no obstante, en algunos casos se echa de menos un giro de creatividad. Por supuesto, siempre habrá lugar para trabajos de artesanía historiados, clásicos, que se repiten década tras década. Pero cada vez hace más falta que la artesanía se nutra del diseño, de propuestas en las que la creatividad sea la protagonista, algo que para una parte de los artesanos, sigue siendo una asignatura pendiente. Por eso la formación continua debería estar presente en la agenda de estos creadores para que lejos de quedarse en el pasado, actualicen sus trabajos a la contemporaneidad.

Desde aquí, os animo a acercaros al mercado navideño para encontrar piezas especiales que incluir en la carta a sus majestades reales. Seguro que más de una caseta os sorprende muy positivamente y encontráis algún tesoro.