El mundo se queda sin kétchup

Según se desarrolla en el reportaje del rotativo estadounidense, los gerentes de los establecimientos usan versiones de diferentes marcas -unque esto pueda parecer un sacrilegio a los más admiradores del 'cátsup'-, vertiendo la salsa a granel en vasos individualizados para los pedidos online y acudiendo a varios supermercados para buscar soluciones. Gigantes de la comida rápida están pidiendo paquetes a proveedores secundarios. Un claro ejemplo es la LLC de Long John Silver, una cadena de casi 700 establecimientos. McDonalds y Burger King podrían ser los siguientes.

El tomate para untar es la salsa de mesa más consumida en los restaurantes de EE UU, con alrededor de 300.000 toneladas vendidas el año pasado al sector de restauración, según la firma de investigación Euromonitor.

La pandemia ha hecho aumentar de forma considerable la venta de comida a domicilio y, además los protocolos sanitarios obligan a repartir las salsas en raciones monodosis hasta a los clientes que consumen los productos en el propio local. A consecuencia de esto, faltan sobres de plástico para el kétchup. La empresa líder del sector -Kraft Heinz posee casi el 70% del mercado minorista de EEUU de esta salsa y trabaja directamente con las empresas de comida rápida más famosas del mundo- ha informado de que va a aumentar su producción este año un 25% hasta fabricar 12.000 millones de sobres. Sin embargo, hasta entonces, los restaurantes estadounidenses no podrán garantizar que la comida que consuman sus clientes pueda ser untada con este sabroso mejunje.