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M. Rojo
Domingo, 6 de agosto 2023, 11:46
La gran historiadora Hélène Carrère d'Encausse, primera mujer en ocupar el cargo de secretario perpetuo de la Academia Francesa, gran experta en Rusia y Premio Princesa de Ciencias Sociales de este año, falleció ayer a los 94 años, según anunció su familia. Múltiples fueron ... las razones del galardón que debería recoger el próximo mes de octubre en Asturias, pero su contribución al conocimiento de ese lugar del mundo que hoy gobierna Putin fue, a decir del jurado, una de las más importantes. Tras el fallecimiento el pasado mes de junio del pensador Nuccio Ordine, Premio Princesa de Asturias de Comunicación 2023, serán dos grandes nombres los que han sido reconocidos con los honores de la Fundación Princesa pero no podrán venir a Asturias a recibir el aplauso del Teatro Campoamor. Se da la circunstancia de que Helenne Carrèrè es además la madre del reconocido escritor Emmanuel Carrérè, que en 2021 recogió precisamente el Premio Princesa de Asturias de las Letras.
Historiadora, política, académica, profesora de origen aristocrático, es autora de numerosas monografías de investigación, biografías y grandes ensayos de interpretación histórica y su obra constituye por ello «probablemente la aportación más sustantiva que se haya hecho en las últimas décadas al conocimiento de la Unión Soviética y Rusia, uno de los temas esenciales para la comprensión del mundo contemporáneo», dejó escrito el jurado de los Princesa, presidido por Emilio Lamo de Espinosa.
Hélène Carrère d'Encausse, «una de las personalidades más brillantes, originales y distinguidas de la historiografía francesa y del pensamiento europeo contemporáneo», según el jurado que la premió en Asturias, era también polémica, vehemente, contundente en sus creencias y no se arredraba ante nada. Su padre era georgiano; su madre, de origen ruso-alemán, y su infancia se acompañó de la historia, literatura y lengua rusas. Sembrada estaba la semilla.
En 1952 se licenció en el Instituto de Estudios Políticos de París (SciencePo), se doctoró en Historia en 1963 con una tesis sobre la revolución en Asia central, y en Letras y Humanidades en 1976 con un trabajo acerca de los bolcheviques y la nación. La docencia y la investigación han sido también su vida en la Universidad de París y más en concreto en SciencePo, donde dirigió el departamento de Estudios Soviéticos del Centro de Investigaciones Internacionales. El Colegio de Europa en Brujas fue otro de los destinos de una mujer que ha visitado otras universidades fuera de Francia.
Ha tenido también una vida política activa y destacada. El partido conservador Agrupación por la República de Francia la llevó en sus listas al Parlamento Europeo en 1994. Y como diputada formó parte de las delegaciones para las relaciones con Rusia y de la Comisión Parlamentaria de Cooperación UE-Rusia. Eurodiputada hasta 1999, fue en ese periodo la vicepresidenta de la Comisión de Asuntos Exteriores, Seguridad y Política de Defensa. En su currículo se halla también ser presidenta de la Comisión de Archivos Diplomáticos del Gobierno francés y miembro electo de la Academia Francesa desde 1990, donde ocupa desde 1999 el cargo de «secretario perpetuo». Fue la primera mujer en asumir ese puesto y exigía ser nombrada en masculino porque rechazaba de forma tajante el lenguaje inclusivo. Ni oír hablar quería de cuotas de paridad: «Yo soy historiadora, he sido parlamentaria europea, entré en la Academia francesa y nunca pensé que fuese por ser mujer», dejó dicho.
Personaje conocidísimo en Francia, presencia habitual en las televisiones y nombre imprescindible de la cultura francesa, es como historiadora una referencia internacional en estudios eslavos, especialista en la extinta Unión Soviética (URSS) y Rusia y en Asia central. El libro 'L'Empire éclaté' (1978), en el que pronosticó diez años antes la caída de la Unión Soviética, marcó toda su trayectoria. Está considerado por los expertos como su contribución más innovadora a la historia de la Unión Soviética. Interminable es el listado de obras y el de distinciones que acumula esta mujer, entre ellas la Gran Cruz de la Legión de Honor del Gobierno francés.
La historiadora tuvo a Vladimir Putin cara a cara en 2000, cuando llegó al Kremlin. Dos horas habló con él Carrére, que definió al líder ruso como un hombre obsesivo y fuera de la realidad, una personalidad enfermiza que nos ha traído hasta este hoy tan complejo. La «zarina de los sovietólogos», que así la llaman, dejó dicho que la guerra de Ucrania es aberrante y que podría ser el principio del fin de Putin.
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