Los Mossos desalojan a los okupas de la Bonanova, en Barcelona, y dan por controladas las dos casas

La intervención policial ha arrancado de madrugada y los Mossos han estrenado un método novedoso para entrar en los edificios. Ante la previsión de que les lanzarían todo tipo de objetos desde las casas, como así ha sido, cuatro agentes han entrado metidos en una especie de jaula, que iban conduciendo mientras caminaban y que les permitía acercarse a la casa sin recibir el impacto de los objetos. Les han lanzado de todo: bengalas, petardos, botes de humo, piedras o botellas. Cuando han podido acceder, han cortado con una radial la valla que habían levantado los okupas en el entorno de los dos edificios. Los okupas se han resistido de forma violenta. La Policía catalana ha desplegado un amplio dispositivo policial, con drones, un helicóptero y las unidades de antidisturbios, canina y de montaña. También han intervenido los bomberos. El consejero del Interior, Joan Ignasi Elena, se ha desplazado a la la zona para felicitar a los agentes por el desalojo.

El colectivo okupa de Barcelona se ha manifestado al mismo tiempo por el barrio de la Bonanova, uno de los más acomodados de la ciudad. Algunos encapuchados podrían provocar altercados en el exterior.

Las dos casas son propiedad de la Sareb. Los okupas las han llamado La Ruina y el Kubo y están juntas. Están ocupadas desde 2016 y 2019. Los desalojos tienen fecha desde hace meses, pero se han ido aplazando. Una casa tenía fecha para el mes de marzo, pero la Policía catalana recomendó su aplazamiento para hacer las dos a la vez, pues están juntas y el cierre de una podía provocar que los residentes se refugiaran en la otra. La segunda casa estaba a la espera de sentencia judicial, tras la celebración de un juicio. El plazo judicial expiraba este jueves.

La propietaria, la Sareb, había reclamado el desalojo de los dos inmuebles. Durante la campaña electoral de las municipales, la empresa Desokupa, vinculada a la extrema derecha, acusó de inacción a las autoridades y el pasado 12 de mayo amenazó con entrar a las casas y echar a los okupas a las bravas. Los Mossos evitaron que el medio centenar de personas que secundaron la llamada del líder de Desokupa, Dani Esteve, accedieran a las proximidades de las casas okupadas. Se quedaron a 200 metros. A la misma hora, movimientos antisistema se manifestaron en defensa de la okupación, frente a los dos locales, pero sin llegar a enfrentarse con los miembros de la extrema derecha. Fueron días de tensión. Pasadas las elecciones, la calma regresó a la zona, hasta este jueves, en que los Mossos tenían la orden de entrar y desalojar a los okupas.