Miles de farolillos de papel y colores han surcado el cielo burgalés esta tarde. Cada uno de estos farolillos simboliza esperanza, solidaridad, deseos de cambio, anhelos de llegar desde Burgos a Rubare para ayudar a su población.
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Los colores y llamas que ascendían a ... la orilla del Arlanzón escondían un motivo solidario. Detrás de esta acción está el Proyecto Rubare, con Tomás Martínez al frente. Los fondos recaudados con la venta de estas lámparas de papel se destinarán a seguir financiando dos escuelas que este proyecto sostiene en Rubare a las que acuden cientos de niños, muchos de ellos niños soldado que necesitan un motivo para seguir confiando en la humanidad y el futuro. En otros casos, son niños que estaban siendo explotados en las minas de extracción de coltán.
Antes de comenzar el acto esta tarde ya se habían vendido unos 700 farolillos en las Fruterías Frutopía, que han colaborado con la acción. Tomás esperaba superar la cifra de 2.000 lámparas de papel vendidas esta tarde. Cada farolillo costaba tres euros y, como ha apuntado Tomás, con cuatro o cinco dólares garantizamos dos comidas diarias para estos niños. Cuatro dólares son 3,5 euros.
Rubare es una pequeña aldea enclavada en la zona de los Grandes Lagos y la cadena montañosa del Gran Rift Valley, en la República Democrática del Congo. En esta región el poder de las armas prevalece por los permanentes conflictos abiertos por controlar las minas de minerales tan codiciados como el coltán y el oro.
Igualmente, el Proyecto Rubare ha creado allí la Cooperativa Cofevuru, en la que participan más de 200 mujeres. Esta entidad trata con mujeres que han sido violadas o explotadas y busca lograr su empoderamiento a través del cultivo, que les permiten alimentar a sus familias, y la elaboración de jabón para su venta.
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Dentro de esta cooperativa, el Proyecto Rubare trabaja con el médico ginecólogo, activista congoleño y Premio Nobel de la Paz, Denis Mukwege. Este ginecólogo fundó y trabaja en el Hospital Panzi en Bukavu donde trata a mujeres que han sido violadas por las fuerzas rebeldes durante la Guerra de Kivu y posteriores conflictos desarrollados en la República Democrática del Congo.
Tomás Martínez explicaba esta tarde la situación que viven actualmente en Rubare. «Hoy se celebran elecciones presidenciales pero se ha prohibido la votación a mucha gente y otros me decían que estaban en los centros de votación y no les dejaban votar. La gente no quiere a Kabila y este no va a poner fácil que le echen», ha sentenciado Tomás, quien teme revueltas en la zona.
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El cielo de Burgos y el de Rubare se han unido mediante hilos de esperanza y solidaridad lanzados al aire. La colaboración de los burgaleses supone una ayuda importante para el proyecto lo que se traduce en mejoras en la calidad de vida de personas que sufren solo por pertenecer a una tierra que está siendo expoliada.
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