- Profesor, político, gestor, poeta, periodista... ¿con qué se identifica más?
- Siempre he sido escritor y siempre me he considerado poeta. Ser poeta es serlo todo, lo abarca todo, el periodismo y la literatura, la realidad y la ficción. La poesía es un estado de ánimo, una manera de observar el mundo. Mi condición de poeta y escritor siempre ha primado.
- ¿Cómo ve César Antonio Molina el mundo de hoy?
- Muy complicado, pero ya lo veíamos así muchos hace unos años. Lo que no imaginé es que vendría un virus y lo destrozaría todo. Estaba claro que en las últimas décadas Occidente no había ido por buen camino: ha destruido la naturaleza, se ha dado al hiperconsumo y se ha creído la fantasía de que eso era así para siempre.
- Usted ha criticado la banalización imperante, pero quizá sea la única forma de soportar lo que está sucediendo.
- Probablemente. Cioran defiende el humor como una forma educada de horror. Lo hemos visto estas semanas en esa montaña de vídeos y mensajes que circulan por las redes sociales. Hay miedo a una circunstancia que nunca hemos vivido. Es casi como una plaga bíblica.
- Estos días hemos visto grandes ejercicios de solidaridad... y de lo contrario. ¿Necesitábamos que algo nos pusiera delante del espejo?
- Mientras miles de médicos, enfermeras, policías, militares, limpiadores... se contagiaban y algunos morían, veíamos para nuestra vergüenza que el Congreso estaba cerrado. ¿Es más peligroso estar en el Congreso que en los hospitales o en las calles desinfectando? ¿No debían los políticos estar en el Parlamento dando una imagen de coraje, solidaridad y virtud? ¿Cuánto ganan los médicos y cuánto nuestros diputados y senadores? Ellos tenían que estar allí. Tenían que estar allí y no salir corriendo, algunos camino de hospitales privados. Es difícil reflexionar sobre esto ahora pero la pandemia pasará, como siempre sucede, y luego vendrán las reclamaciones. De todos modos, una de las cosas que más me ha llamado la atención es la poca emoción de nuestro presidente.
- ¿A qué se refiere?
- A que no ha mostrado ninguna respecto de los muertos. Es terrible que no haya hecho nada en ese sentido. Por él y por la propia política. Todo esto tendrá consecuencias. Son muchos los miles de muertos y los familiares, aún más. Y aquí no hay ideologías; solo sentimientos, emociones y falta de medios.
- ¿Tiene la impresión de que esto ha sido un sálvese quien pueda de países, comunidades autónomas e incluso ciudadanos?
- Con excepciones que hemos visto estos días, los ciudadanos son quienes mejor se han portado. En primer lugar, el personal sanitario, por supuesto. Y luego esa gente que soporta un largo confinamiento en pisos de 50-60 metros cuadrados... Los gobiernos autonómicos, en general, han estado bien, excepto el catalán, porque su presidente... no tengo palabras para definirlo, pero vaya cosas que ha dicho dentro de su pensamiento totalitario. El resto, más o menos colaboradores con el Gobierno central, pero han hecho mucho por proteger a sus ciudadanos.
- ¿Y Europa?
- El problema es que la UE no acaba de cuajar. No se ha procurado la creación de una conciencia europea. Se ha olvidado la promoción de una cultura común, que tenemos, que nos habría hecho partícipes de la misma Historia. Luego hay unos países del norte que en este momento no nos necesitan mucho pero no deberían ignorar que las desgracias suelen repartirse, no siempre le tocan a los mismos... Europa tiene que reflexionar. La sanidad debería ser algo colectivo y quizá las empresas tendrían que volver a producir en sus lugares de origen.
«Los nacionalismos y Podemos han dado alas a los populismos, como pasó en la República de Weimar, y ya sabe cómo terminó»
«En política, lo que importa es la supervivencia»
«La cultura necesita esperanza y protección, pero, como en otros departamentos, quien está al mando no tiene ni idea»
«El virus ha atacado el eje de nuestra civilización: las relaciones personales»
«El Gobierno tendrá que hacer frente a grandes responsabilidades y habrá multitud de demandas»
Responsabilidad
- Una vez dijo que no ser un cínico quizá fue su mayor problema en su paso por la política. ¿Alguien que no lo sea no dura ni diez días porque se lo comen?
- Nunca he sido un cínico. Los intelectuales -dado mi oficio, me lo considero- debemos buscar la verdad o lo más aproximado. En política, lo que importa es la supervivencia. Se anteponen las cuestiones personales o ideológicas al Estado, y eso no es bueno porque el Estado somos todos. No se puede anteponer nada al Estado de derecho, la Constitución y las normas que lo rigen. Si yo hubiese callado algunas cosas, incluso quizá siguiera ahora en política. Pero no podía hacerlo.
- Se define como socialdemócrata y fue ministro en un Gobierno del PSOE, pero ha sido crítico con el actual. ¿Su gestión de la pandemia ha cambiado su opinión previa?
- Ha sucedido algo extraordinario y casi de un día para otro. La sanidad llevaba muchos años deteriorada. ¿Quién es culpable de eso? Cuando tengamos tiempo, habrá que investigarlo a fondo. Pero la gestión ha sido mala, aunque no sé si otros lo habrían hecho mejor, porque los medios eran mínimos. No dudo de que el Gobierno ha puesto toda su mejor voluntad, pero ¿la persona más adecuada para el Ministerio de Sanidad era alguien tan alejado de ese ámbito? ¿Cómo se puede incitar a ir a una gran manifestación cuando muy poco después vas a recluir a la gente en casa ante lo que se viene encima? Este Gobierno tendrá que afrontar muchas responsabilidades. Y habrá una multitud de demandas. Este Ejecutivo, como aquel en el que yo estuve, no creó el virus ni la crisis económica, pero se les reclamará por no haber avisado antes y no haber tomado las medidas oportunas.
Afrontar la tormenta
- Por ir a su terreno, ¿qué la parece la gestión cultural de este mismo Gobierno?
- Casi un millón de personas viven en España de la cultura... y volvemos a lo mismo. Si no tienes la menor idea de los temas del Ministerio al que vas, cometes graves torpezas. Torpezas como no dar una solución a un gremio, el de la cultura, al que representas y que ya tiene daños irrecuperables. ¿Sabe cuál es el problema?
- ¿Cuál?
- Que tenemos un gobierno con muy pocos técnicos (los que hay, todos del PSOE, son buenos) y los demás son aventureros, recién llegados... o nada. Es un Gobierno gigantesco en el que unos se anulan a otros, y los cargos fundamentales no saben dirigir la nave. Un capitán de barco no aprende en mitad de la tormenta. A la tormenta se llega sabido, porque si no lo que sucede es que naufragas.
- Acaba de decir que la cultura ha sufrido daños irreversibles. ¿Aguantará el sector?
- Este mundo siempre ha sido deficitario y quienes nos dedicamos a esto vivimos en una modestia digna. Pero si un teatro debe llenarse para sobrevivir y limitas su aforo al 30%, ¿qué salida tiene? El sector de la cultura reúne a mucha gente y mueve mucho dinero y ahora hay que ayudarle, porque si no los siguientes muertos seremos nosotros. Y eso sin contar otros cambios de índole cualitativa.
- ¿Como cuáles?
- El virus ha atacado el eje de nuestra civilización, que son las relaciones personales. Y eso se refleja en el arte y la cultura. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que se pueda rodar un beso en una película? Pero volviendo al tema central: la cultura ha ido derivando hacia el entretenimiento y en una situación como la actual eso nos ha ayudado a vivir, pero en muchos casos se ha hecho sin pagar nada, y esta gente vive de su trabajo. La cultura necesita esperanza y protección porque además es la identidad de un país y si eso falla no somos nada. Pero sucede, como en otros ministerios, que quien está al frente no tiene ni idea. No es lo mismo llamar a colegas europeos cuando eres del gremio o eres reconocido en el mismo que cuando no eres nadie. Es fundamental que un ministro sepa de qué va su Ministerio.
- ¿Y el país? ¿aguantará?
- Este país lo ha resistido todo, y aquí estamos. Lo ideal sería que saliéramos bien parados. El problema es que Podemos y los nacionalistas pueden dar alas a los populismos de ambos signos, como pasó en la República de Weimar, y ya sabe usted cómo acabó aquello. Debería haber un Gobierno de concentración de los realmente constitucionalistas, con gente que supiera de sus carteras. Son tiempos muy difíciles y los fantasmas del pasado están ahí.
Poesía y cultura
- En mitad de este lío, defiende la poesía como un error inevitable y cree en el amor más allá de la muerte. Es usted un romántico.
- Es una referencia a Salomón y el 'Cantar de los cantares': el amor tan poderoso como la muerte, e incluso más. Mi poesía está muy al compás de la filosofía, es una reflexión sobre la condición del ser humano. Y la Biblia es una obra maestra de la literatura, en buena parte de la literatura de ficción.
- La cultura como refugio. Quizá la apreciamos mejor ahora.
- Es la mejor compañía que tenemos, una medicina para nuestro espíritu. La música, el cine, el teatro, el arte, son los grandes rescatadores en este tiempo de tribulación. ¿Cómo serían estos días si no tuviéramos la cultura? Si la abandonamos, nos abandonamos a nosotros mismos.
- ¿Qué opina un poeta del lenguaje que usan a todas horas el presidente y sus ministros para hablar de la pandemia?
- Es una forma de utilizar el lenguaje como niebla para camuflarse. Igual las palabras existentes son muy claras y no se quieren usar por eso. Pero el lenguaje también se crea así, y dentro de lo que cabe es una manera de creación.