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«Como he vuelto a nacer, voy a cantar una canción que escribí hace muchos años para celebrarlo. Tengo muchas ganas de cachondeo». Lo dice María Jiménez para arrancarse con 'Resurrección de la alegría', un canto a la vida y toda un declaración de intenciones. ... A la cantante sevillana (1950) le flojean las piernas, pero no la cabeza ni la voz, que siguen en su sitio. Derrocha poderío, picardía y simpatía. «Estoy como una niña con zapatos nuevos: contenta, muy, muy, muy pero que muy contenta de estar aquí», repite jocosa al presentar en el Teatro Real su próxima actuación.
La vida no deja de darle «cornás», como dice ella, pero la artista se las devuelve con una sonrisa y de todas sale «reforzá». A sus setenta años María Jiménez Gallego, superados un cáncer y la pérdida de una hija, no está dispuesta a que nada ni nadie le apee del torbellino que ha sido y es su vida y al que se subió en la adolescencia. Recuperada de su penúltimo «susto mortal» –tres meses en la UCI–, la cantante se pone otra vez el mundo por montera. Se prepara para volver al estudio de grabación y a presentarse en el Real en julio, en un festival cargado de figuras. Con su habitual descaro, dice que para ella «cantar sobre el escenario es como un orgasmo».
Volverá a las tablas en el Universal Music Festival, que incluye a grandes de la música como Patti Smith, Miguel Bosé, Ana Torroja, Pablo López, Miriam Rodríguez, Mon Laferte, Ben Harper o Roger Hodgson. Jiménez cantará arropada por colegas como Pitingo y Remedios Amaya. «Si Sabina quiere venir, invitado está», lanza al aire al presentar un espectáculo concebido 'ad hoc' para el Real, que será grabado para su posterior edición. Las entradas se pondrán a la venta el día 10 de marzo.
«Como dicen los japoneses, me vais a robar el alma con tanta foto», dice con una sonrisa franca este gata trianera cuando los informadores gráficos la asaetean a flashazos y le gritan que mire aquí, allá y acullá. Con camisa de seda blanca de ribetes y cuello negros, collar y pendientes de coral, pantalón también azabache y deportivas blancas, necesitó ayuda para llegar hasta la silla donde se acomodó. Luego explicó que está «como loca» por entrar al estudio y seguir con la grabación de su nuevo disco, el decimonoveno de estudio.
«Como no he estado siempre en la profesión, ya que he ido y venido, apareciendo y despareciendo como el Guadiana, ahora me vuelve loca reaparecer. Es como si tuviera 20 años, aunque la edad me demuestre lo contrario», dice risueña ante su nuevo proyecto, 'María Jiménez y amigos'. «Estoy bien, coleando y muy vivita».» Lo que no te mata, te enseña», responde apresurada un par de cuestiones antes de dar por terminada, con urgencia la ronda de preguntas. «Quiero cantar, que es mi manera de expresarme», zanja la curiosidad de la concurrencia.
Derrocha humor y retranca para presentar su concierto, en el que estará acompañada por colegas «muy queridos». «A quien no le guste le devolveremos el dinero», dice desafiante antes de arrancarse a cantar sin levantarse de la silla y acompañada al piano por Arturo Moya. Vuelve a lucir ese chorro de voz que para algunos es una portentosa mezcla de copla y punk, a caballo entre Sid Vicious y doña Concha Piquer, y demuestra que es una simbiosis de sentimiento, poderío, desparpajo y desvergüenza. Cierra los ojos, alza la cabeza y se aferra al abanico plegado en su mano derecha cuando canta versos como «yo no soy letra de cambio ni moneda que se entregue a cualquiera como cheque al portador», «estoy de fiesta con mi sangre» o «el que nace a la ternura abre la puerta de la vida y lleva un niño en la mirada».
Había explicado días atrás como resucitó tras llegar casi muerta al hospital Virgen del Rocío de Sevilla para una operación de colon por una obstrucción intestinal. «Vamos, que no cagaba» aclaró. Estuvo ingresada casi tres meses en cuidados intensivos. La situación era tan grave que las enfermeras la dieron por muerta y algunos medios la enterraron en vida. Cuando se redactaba ya su epitafio, revivió y «todo se quedó en un susto, de muerte, pero susto». «Me metieron muerta al hospital y he resucitado» ha reiterado estos días, recordando como al recuperar la consciencia vio a su hermana Isabel y a su hijo Alejandro llorando a moco tendido. «No paraban de decirme que me querían y yo no entendía nada», confesó a Bertín Osborne en 'Mi casa es la tuya'. «No estaba muerta, estaba de parranda» explicó con tanto humor negro como desparpajo en ese programa.
María Jiménez será la estrella mas cañí del Universal Music Festival de 2020, cuyos organizadores se mostraron «orgullosos» de haber logrado la paridad de género en el cartel. «Serán diez noches únicas», prometió Narcís Rebollo, presidente de la discográfica Universal Music en España. El equilibrado programa arrancará con Patti Smith (23 de junio) y sus himnos 'Because The Night' o 'People Have The Power'. Le seguirán, María Jiménez (15 de julio), Miguel Bosé (18 de julio), Ana Torroja (21 de julio) y el músico estadounidense Ben Harper (22 de julio). Repetirá Pablo López, que hará un 'show' diferente con él solo al piano (23 de julio), y le sucederán la joven Miriam Rodríguez, que presentará su segundo disco (26 de julio), el mexicano Carlos Rivera (27 de julio) y el exlíder de Supertramp, Roger Hodgson, quien cerrará el ciclo (28 de julio).
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