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Decenas de perros han jugueteado este domingo 5 de junio en el parque de El Parral de Burgos. Podría ser algo habitual para un domingo burgalés de tiempo apacible, pero lo curioso es que todos estos perros eran similares. Dorados o blancos, peludos, juguetones.
Se ... trata de la quedad anual que los dueños de perros de raza golden retriever hacen en Burgos desde el año 2019. Han llegado a ser más de 40 perros en alguna de estas quedadas. En el grupo por el que se comunican son cerca de 80 propietarios de estos perros.
Este domingo había decenas de peludos y propietarios que buscan con esta actividad socializar y también darse consejos sobre el cuidado de sus mascotas. Estas han pasado a ser un miembro más de la familia y para sus dueños es importante proporcionarles la mejor calidad de vida.
Esther Fernández fue la impulsora de estas quedadas. Cuando llegó a ella su cachorra de golden retriever decidió pedir el número de teléfono a aquellos propietarios de otros perros de esta raza con los que se encontraba por el paseo. «Al principio éramos pocos. Decidimos que hasta que no fuéramos 12 en el grupo de WhatsApp que creamos no haríamos quedada. A la primera acudimos siete propietarios y estábamos muy contentos», recuerda.
Con la pandemia dejaron las quedadas, pero las han retomado. Para los dueños, igual de contentos en estos actos que sus mascotas, este grupo de comunicación y estas quedadas son importantes para darse consejos sobre el cuidado de sus perros, «nos comunicamos los dueños de esta raza, porque al compartir esta característica los cuidados y comportamientos son similares», explica Esther.
En su momento también hacían algún paseo, pero «ahora somos tantos que hacer rutas o paseos es más complicado de organizar», reconoce Esther.
Y así, El Parral ha acogido a decenas de golden retriever que han disfrutado de la compañía de otros perros. Esta raza se caracteriza por ser juguetones, cariñosos y de temperamiento apacible, además, son perros con ganas de agradar, por lo que responden positivamente al adiestramiento.
Desde cachorros que no dejaban de jugar con otros cachorros revolcándose en el suelo a perros más veteranos que llegaban a los 14 años, todos ellos han encontrado su hueco en la quedada.
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