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El puerto de cruceros de Málaga. Salvador salas
Málaga, la ciudad en boca de todo el mundo

Málaga, la ciudad en boca de todo el mundo

La capital de la Costa del Sol gana protagonismo internacional con la combinación de su pujanza tecnológica, su oferta cultural y su atractivo turístico

antonio javier lópez

Domingo, 13 de marzo 2022

Cuando llegó a su nuevo despacho en La Moncloa como directora de la Unidad de Ciberseguridad del Departamento de Seguridad Nacional, Mar López se topó en uno de los pasillos del edificio con un cuadro que también era un presagio: una vista de Málaga en ... el siglo XIX. Allí estaban los principales monumentos de su lugar de origen y, también, el recordatorio de una intuición profunda: «Desde que llegué supe que algún día iba a regresar». En ese despacho estuvo casi una década, hasta que Accenture, una de las grandes consultoras internacionales, le ofreció un puesto directivo que traía bajo el brazo su vuelta a Málaga.

«Intentaba regresar a Málaga siempre que podía, pero es cierto que de una ocasión a otra me quedaba más impactada. La ciudad no dejaba de cambiar, la oferta cultural crecía, también el recorrido turístico y el ecosistema tecnológico se hacía cada vez más fuerte. Málaga ya venía trabajando en todos esos frentes y se abrían oportunidades, pero no tantas como ahora», ofrece López, cuyo caso ilustra la pujanza creciente de la capital de la Costa del Sol no sólo como polo de atracción de multinacionales, sino también de talento desde distintos ámbitos profesionales, con especial predicamento entre los llamados nómadas digitales.

Así, la innovación digital y la cultura se han sumado en las últimas dos décadas al potencial turístico de la provincia malagueña hasta llevar su caso de éxito a diversas publicaciones internacionales y numerosos informes sobre las ciudades más atractivas del mundo para visitar, pero también para vivir o invertir. No en vano, en Málaga se han ido instalando multinacionales como Oracle, TDK, Google o Vodafone, pero también desde Málaga han surgido empresas emergentes de base tecnológica como Freepik o BeSoccer, que ahora son líderes mundiales en sus áreas de negocio.

Y hay un ejemplo que combina ambas experiencias: una empresa de la tierra adquirida por un gigante tecnológico y que, tras ese tránsito, decide quedarse en Málaga. Es el caso de VirusTotal, la firma especializada en ciberseguridad comprada hace una década por Google y que decidió mantener su sede en Málaga, donde además espera abrir en la segunda mitad de 2023 un centro de excelencia centrado en la seguridad en la Red. Una figura clave en el desembarco y mantenimiento de Google en Málaga es el fundador de VirusTotal, Bernardo Quintero, que reivindica: «El momento efervescente que la ciudad vive ahora no se puede explicar sin el trabajo previo de tantos años y de tantos agentes. Se ha trabajado mucho y se ha trabajado bien».

Acto seguido, Quintero apunta hacia algunas de las fortalezas que han hecho de Málaga un actor protagonista en la escena global de la transformación digital: «La constancia, el trabajo continuado en el tiempo y la alineación de todos los agentes, tanto públicos como privados. Aquí estamos todos a una en lo que respecta a impulsar la Málaga tecnológica, hay una gran colaboración y eso, como estamos viendo, da sus frutos». Claro que la ciudad no parece quedarse en los frutos ya recolectados, sino que va sembrando nuevos terrenos. Así, la capital malagueña ha presentado sus credenciales para acoger dos eventos de calado internacional en los próximos años: la Copa América de Vela en 2024 y la Expo de 2027.

Hace dos décadas

Serían los próximos hitos en una senda que hunde sus raíces en el nacimiento de la Costa del Sol como marca turística en la segunda mitad del siglo XX; sin embargo, la capital carecía de ese atractivo en el exterior hasta hace apenas dos décadas. La diferenciación llegó primero con su apuesta como 'ciudad de los museos'. El Centro de Arte Contemporáneo y el Museo Picasso Málaga abrían sus puertas en 2003. Una segunda oleada llegaba con el Museo Carmen Thyssen en 2011 y la tercera tacada vendría en 2015 con las primeras filiales fuera de sus países de origen del Centre Georges Pompidou y del Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo, ahora sumido en la incertidumbre ante las sanciones al régimen de Vladímir Putin por la invasión de Ucrania.

«Málaga ha tomado velocidad de crucero. Hemos pasado de tener que explicar qué haces a que tus colegas de otros museos te pregunten qué está pasando en Málaga. La conversación se invierte y son los otros colegas de ciudades europeas quienes se interesan por lo que sucede en tu ciudad», comparte la directora artística del Thyssen de Málaga, Lourdes Moreno. «Lo que ahora mismo distingue a Málaga de otras ciudades del mundo es la energía que transmite. Es algo que sientes cuando estás en un lugar y sabes que hay posibilidades de crear, de construir, y que no sientes en otros lugares», brinda la directora del museo por el que han pasado más de un millón y medio de visitantes.

Usuarios de museos que han cambiado también el perfil del turista que solía arribar a la ciudad. Bien lo sabe Jorge González, director del AC Málaga Palacio, uno de los hoteles más emblemáticos de la capital malagueña, que en este mes de marzo y pese a la pandemia y la invasión en Ucrania, mantiene una ocupación del 85% de sus 214 habitaciones: «Hemos empezado a no tener prácticamente temporalidad. Hace unos años, en verano se notaba mucho que a Málaga llegaba el turismo residual de la Costa, pero ahora eso ha cambiado de manera radical gracias a la oferta cultural no sólo de los museos, sino también de los teatros, como el del Soho que ha puesto en marcha Antonio Banderas y del Festival de Cine, sin olvidar los congresos, la Navidad o la Semana Santa. Y, en medio de todo eso, lo que más ha cambiado es el turismo de fin de semana, porque Málaga se ha convertido en una ciudad donde la gente tiene como opción no sólo por el clima, sino por otras muchas actividades».

El atractivo turístico de la ciudad ha ayudado a su despertar. Salvador salas

Ese papel de Málaga como ciudad de fin de semana llega de la mano de dos infraestructuras básicas: el aeropuerto internacional de la capital (con 114 destinos operados a través de 45 compañías diferentes) y, sobre todo, del AVE a Madrid-Málaga, por el que han pasado casi 30 millones de viajeros desde su entrada en servicio a finales de 2007, según las estimaciones de Renfe.

Mucha planificación

El desarrollo de las infraestructuras vinculadas a la movilidad surge como uno de los pilares de la transformación de Málaga en el discurso de la secretaria general Confederación de Empresarios de Málaga, Natalia Sánchez. «Málaga ha llegado hasta aquí fruto del trabajo, pero también de la planificación», defiende la representante de la patronal antes de enumerar hitos como la transformación urbana del centro histórico de la capital a partir de la paulatina peatonalización de sus calles y la integración de la zona portuaria con ese mismo casco antiguo.

Una urbe que también puede presumir de dinamismo económico, tal y como recuerda la vicepresidenta de los empresarios malagueños: «Málaga lleva más de 25 años siendo la provincia andaluza donde más empresas se crean. Hemos padecido una crisis financiera, una pandemia y ahora, una guerra en Europa y, a pesar de estos momentos de dificultad, Málaga siempre ha liderado la creación de empresas y el número de autónomos».

Y casi todo lo escrito hasta aquí desfila por las palabras del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, al frente del ayuntamiento de la ciudad desde el año 2000. «Al echar la vista atrás, recuerdo una ciudad con potencialidad donde todavía nos quedaba un camino por recorrer», recuerda el regidor, con más de dos décadas en el cargo.

«Creo que hemos sabido sumar. El proyecto que quizá mejor lo ilustra es la llegada del centro de innovación de Vodafone, donde Málaga ganó la carrera entre siete ciudades de varios países y lo hizo con la colaboración de todas las administraciones, que trabajaron juntas. Ya lo teníamos ensayado con el turismo y ahora hemos visto que también se puede aplicar a otros ámbitos», sostiene De la Torre sobre el centro que Vodafone ha abierto en Málaga y donde trabajarán a medio plazo más de 600 profesionales de alta cualificación.

«Esa colaboración público-privada es fundamental y se ha demostrado que funciona», reitera el alcalde antes de poner otro ejemplo: el Instituto Ricardo Valle de Innovación, recién constituido por grandes compañías -sobre todo, tecnológicas- y administraciones públicas y que aspira a captar en una década más de 1.500 millones de euros en inversiones directas. Recuerda De la Torre que mucho de lo que ahora llega a la Málaga tecnológica comenzó hace más de quince años con otra alianza público-privada: el Club Málaga Valley que sentó las bases del salto actual.

«Quizá ahí estuvo el punto de inflexión...», piensa en voz alta el alcalde. Pero al instante se enmienda: «No. El punto de inflexión lo pondría ahora. Lo mejor está por llegar».

Banderas: «Un 47% de nuestros espectadores vienen del resto de España y Europa»

El 15 de noviembre de 2019, Antonio Banderas alzaba el telón de un proyecto soñado durante largo tiempo: un teatro en la ciudad que lo vio nacer. Una iniciativa privada y «sin ánimo de lucro», como le gusta reiterar al actor y cineasta, que ahora echa cuentas de esa aventura: «El balance que hago de la experiencia con el proyecto Teatro del Soho CaixaBank es muy positivo. De hecho, sobrepasa todas las expectativas que pusimos sobre la mesa al inicio de nuestra actividad. En los dos años y medio escasos de funcionamiento hemos logrado hitos, no solo en el ámbito local, sino también en el nacional e internacional».

Recuerda Banderas que el montaje actual, 'Company', «habrá conseguido hacer historia» cuando finalice sus representaciones el próximo 3 de abril. «Que una obra de teatro se haya mantenido durante cinco meses, con una media de más de 550 espectadores por función, en medio de una pandemia ya sería motivo suficientemente para estar satisfecho. A eso le añadimos que un 47% de esos espectadores vienen de fuera, no solo de distintas partes de España, sino de Europa», destaca Banderas.

Sin ánimo de lucro

«Y aunque los números son los que objetivizan la actividad -sigue Banderas-, lo mejor es asentarnos en la idea que está en el centro de nuestro proyecto, es decir, el ser un proyecto privado sin ánimo de lucro. Nuestro único objetivo es la búsqueda de la excelencia en cada cosa que hacemos. A eso nos entregamos, esa es nuestra aportación a Málaga».

Esa aportación se ha sumado al despegue de Málaga en las últimas dos décadas, que Banderas apuntala sobre dos pilares: la actividad cultural y la pujanza tecnológica: «La fortaleza fundamental de nuestra ciudad es la voluntad de muchas personas e instituciones por elevar el potencial de una tierra con talento, capacidad de gestión, habilidad para atraer inversiones y ganas de desarrollo».

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