Macrobotellón en la Wuhan manchega

Al inicio de la pandemia a la ciudad de Tomelloso (Ciudad Real) se le empezó a conocer como «la Wuhan manchega» por su elevada mortalidad -unos 200 fallecidos oficialmente durante la crisis sanitaria- y por haber sido uno de los focos de esta enfermedad en esta provincia. Su ayuntamiento fue de los primeros en adoptar medidas de prevención cerrando parques e instalaciones municipales y suspendiendo fiestas y mercadillos.

Casi todos los 36.000 habitantes de esta localidad conocen a algún fallecido con Covid-19 pero la dura experiencia vivida parece haberse olvidado. Este pasado fin de semana unos 500 jóvenes se congregaron en un macrobotellón en el recinto ferial incumpliendo las normas establecidas dentro del estado de alarma: grupos de más de diez personas -la provincia de Ciudad Real ha estado en la fase 1 de la desescalada hasta este lunes- sin apenas separación entre ellos y sin hacer uso de las mascarillas.

El macrobotellón se desarrolló sin que se formulara una sola denuncia a pesar de que agentes de la Policía Local y la Guardia Civil acudieron al recinto ferial. A este respecto, la alcaldesa, Inmaculada Jiménez, indicó este lunes que «había pocos efectivos y estaban allí para garantizar el orden público, por lo que resultaba muy complicado disolver la concentración».

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«No doy crédito a lo que ha pasado y me siento avergonzada porque en un estado de alarma es inadmisible e irresponsable esa concentración de personas y más con lo que ha pasado en nuestra ciudad y con el dolor de tantas familias que han perdido a un ser querido», añadió la alcaldesa, del PSOE, que al principio de la pandemia llegó a enfrentarse a la Junta de Castilla-La Mancha, gobernada por su mismo partido, por la disparidad de cifras oficiales de muertos con coronavirus en Tomelloso.

Inmaculada Jiménez mantuvo este lunes una reunión con los responsables de la Policía Local y del cuartel de la Guardia Civil en Tomelloso para analizar los hechos y tomar medidas con el fin de que no vuelvan a repetirse. «Si tengo que gobernar a golpe de policía, lo haré», advirtió la alcaldesa, «porque este tipo de situaciones ponen en riesgo la vida de las personas». En este punto avanzó que la práctica del botellón, que no está regulada en esta ciudad, se prohibirá mediante un decreto de la alcaldía en el que también se determinará que la venta de alcohol no pueda efectuarse en los comercios a partir de las 10 de la noche.