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Juan Sánchez, electricista que está ayudando de forma voluntaria a conectar bombas de agua y a recuperar la luz en las comunidades de vecinos. Lola Soriano
La lucha del ejército de 'manitas'

La lucha del ejército de 'manitas'

Electricistas, carpinteros y fontaneros se entregan en cuerpo y alma para que los afectados por la DANA tengan cubiertos los primeros servicios básicos

Lola Soriano Pons

Valencia

Sábado, 9 de noviembre 2024, 10:30

En los pueblos y pedanías de Valencia afectadas por el desbordamiento del barranco del Poyo o del río Magro son muchos los efectivos de las Fuerzas de Seguridad, Bomberos, Protección Civil y miles de voluntarios los que se han puesto a disposición de los afectados, con escoba y cubos en mano, para tratar de recuperar lo antes posible la vida en este escenario del horror. Pero, además, hay un ejército de 'manitas', profesionales de la electricidad, de la limpieza, carpinteros y fontaneros que están entregándose al máximo estos días.

Un ejemplo destacable es el caso de Juan Sánchez, electricista y vecino de Manises, que desde el minuto uno no dudó en ponerse al servicio de los Bomberos y de los damnificados de forma altruista.

En la primera semana ya ha hecho 15 servicios de apoyo a los Bomberos que de forma voluntaria se han desplazado desde Badajoz o Utrera y que le van pasando avisos para tareas tan importantes estos días como conectar bombas de achique, dar luz a los vecinos en las escaleras, dar suministro de luz a las zonas comunes, ayudar con las radiales y todo lo que haga falta. El objetivo es encender la luz en medio de la oscuridad.

Explica que el primer día «lo que hice fue ayudar a mover coches, como todos los que fuimos a los puntos afectados, pero de inmediato me ofrecí de forma voluntaria a hacer las primeras intervenciones como electricista para desconectar la red de los ascensores y poner las bombas de agua».

Juan Sánchez, conectando la luz en los patios y las bombas de achique. Lola Soriano

Como llegar a las distintas 'zonas cero' no es fácil, describe que hay «que salir de casa entre las cinco y las seis de la mañana para intentar no encontrar atascos, pero en días como hoy he tenido que salir más tarde de casa y me ha costado dos horas llegar a Catarroja».

Ángel de la guarda en medio de la oscuridad

Este ángel de la guarda explica que también ha conseguido la donación por parte de la Fundación Sumando Recursos «de unas bombas potentes y mangueras porque en los garajes de las fincas hay mucho trabajo por hacer». Describe emocionado que grupos «de la Policía Nacional y Guardia Civil se encargan de visitar a los mayores en sus casas para ver las necesidades que tienen y para comprobar que están bien y eso es primordial».

En una primera parada en una finca de Catarroja, donde colabora con Bomberos que se han desplazado a la localidad se encuentra con un vecino de la finca, José Domingo Aragonés, que está todo el día pendiente del garaje porque aunque las bombas achican agua, se han roto las tuberías de aguas fecales y la situación se ha complicado. Este vecino relata que el martes, el día de la tragedia, «los vecinos subimos los coches del segundo sótano al primero y cuando vimos la magnitud del agua, nos fuimos a casa. Por unos minutos no hemos muerto», comenta Aragonés.

Arriba, José Domingo Aragónes (d), vecino de Catarroja, junto al electricista; Álex Rasemberg y Vicent García, trabajadores de la empresa Tubos Costa Blanca, y Vicente Contador, vecino que salvó la vida de milagro en Catarroja. Lola Soriano
Imagen principal - Arriba, José Domingo Aragónes (d), vecino de Catarroja, junto al electricista; Álex Rasemberg y Vicent García, trabajadores de la empresa Tubos Costa Blanca, y Vicente Contador, vecino que salvó la vida de milagro en Catarroja.
Imagen secundaria 1 - Arriba, José Domingo Aragónes (d), vecino de Catarroja, junto al electricista; Álex Rasemberg y Vicent García, trabajadores de la empresa Tubos Costa Blanca, y Vicente Contador, vecino que salvó la vida de milagro en Catarroja.
Imagen secundaria 2 - Arriba, José Domingo Aragónes (d), vecino de Catarroja, junto al electricista; Álex Rasemberg y Vicent García, trabajadores de la empresa Tubos Costa Blanca, y Vicente Contador, vecino que salvó la vida de milagro en Catarroja.

Otro vecino, Rubén Extremera, confiesa que fue a dejar el coche en la calle Ramón y Cajal de Catarroja «y el agua me llegó al cuello. Lo dejé en la rampa en marcha, porque se reventó el muro del garaje, y me fui».

Cuando Juan el electricista comprueba que las bombas están haciendo su labor, se desplaza a otra finca, en este caso de la calle Blasco Ibáñez 7 de Catarroja, para conectar la bomba. En este caso, por desgracia, sí han tenido que sacar a personas fallecidas del garaje. De hecho, un vecino que está junto a Juan, de nombre Vicente Contador, relata que ha salvado la vida de milagro.

«Es un garaje muy grande, con cuatro sótanos. Conseguí subir la primera rampa del garaje, pero en la segunda, ya tuve que bajar del coche. Fuimos a hacer un dique de contención, para que no entrara agua, pero vino una tromba de agua y salí corriendo. Otros vecinos no pudieron y se les llevó el agua al fondo del garaje», describe Vicente.

Desbordamientos anteriores

Explica que «nadie nos informó» y añade que el problema «es que no es la primera vez que se desborda un poco el barranco, pero con menos cantidad de agua claro, y cada vez que pasa, bajamos a los garajes a sacar los coches. Como ya se hace cada vez que pasa, pues cómo íbamos a pensar que esta vez era de mayor magnitud, porque vinieron tres trombas de agua seguidas».

Vicente también relata que se vivieron momentos muy duros. «Un señor que iba por la calle se cogió a la verja de un patio y resulta que la fuerza del agua era tal, que succionaba y le arrancó la ropa al pobre hombre». Y añade que «otras personas iban por la calle y al final se tuvieron que tirar al agua porque venían coche de cara y querían evitar que les impactaran».

Durante el ejercicio de estos trabajos duros, también hay tiempo para algún respiro y, como anécdota, los vecinos de una finca de la calle Blasco Ibáñez de Catarroja han sorprendido a un Bombero con una tarta, ya que era el cumpleaños de este profesional, y le cantaron e hicieron soplar las velas.

Estos mismos residentes, además, relatan que se están viendo rodeados de solidaridad. «Hay un chico que también ha venido de otra comunidad autónoma con su tractor, para ayudar a quitar barro y coches, y resulta que al pobre se le ha pinchado un rueda, con lo que cuestan. »Estamos haciendo una colecta de dinero para, por lo menos, agradecérselo y comprarle la nueva rueda«, explica una vecina.

Necesitan cloro

Mientras se producen todos estos episodios, Juan Sánchez, el electricista, hace un llamamiento para que la «gente haga también donaciones de cloro, ya que ahora va a ser muy necesario para aplicarlo en los garajes, matar las bacterias y evitar que proliferen los mosquitos».

A unos pocos metros de distancia Álex Rasemberg y Vicent García, trabajadores de la empresa Tubos Costa Blanca, extraen agua sin parar de los garajes. En este caso si se trata de un encargo de la comunidad de vecinos. «Primero estuvimos actuando en Algemesí los primeros días y vimos a gente que llevaba dos días sin comer». Ahora están en Catarroja ofreciendo sus servicios.

En Paiporta son también muchos los electricistas que recorren las calles ofreciendo ayuda, tanto para dar luz en los patios, como para ver si hay personas electrodependientes, que necesitan de la luz para los respiradores o diálisis que los mantienen en vida.

Juan Sánchez confiesa que su trabajo voluntario no cesa hasta el anochecer y reconoce que, una vez en casa, no puede apenas dormir y es que cuando cesa su actividad, su mente no descansa.

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