Llevaban dos años viviendo juntos en un piso del distrito madrileño de Arganzuela, pero para los vecinos del bloque, ella era prácticamente invisible. No la habían visto nunca atravesar la puerta de la casa para bajar las escaleras y salir a la calle. Por eso ... este lunes seguían desconcertados con lo ocurrido el domingo por la tarde cuando varios policías irrumpieron en el edificio para liberar a la mujer, que llevaba dos años encerrada en su casa y que era víctima de los malos tratos (palizas, cuchilladas y amenazas) de su marido, de 27 años.
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Afortunadamente la chica, de 23 años y nacida en Bangladesh (un país de extrema pobreza donde la mitad de la población malvive con 80 céntimos de euro al día) tuvo un aliado inesperado en un amigo suyo que vive en Alicante y que fue quien, el mismo domingo, llamó a los servicios de emergencia para ponerles al corriente de los terribles episodios que venían sucediendo en esa casa madrileña desde meses atrás. Inmediatamente efectivos de la Policía Nacional se desplazaron al domicilio de la víctima donde se encontraron con una joven muy asustadiza y que presentaba lesiones en la cara, la cabeza y otras partes del cuerpo.
Fuentes de la Jefatura Superior de Policía señalaron este lunes que los agentes se entrevistaron con la mujer, que les confesó que llevaba dos años sin salir de la casa y que cuando se iba a trabajar su pareja, también bangladeshí, la dejaba encerrada bajo llave. Los vecinos del edificio corroboraron esta versión al asegurar que en dos años solo la habían visto ocasionalmente en el quicio de la puerta del piso.
Agresiones frecuentes
La joven también contó a los policías que su marido la agredía físicamente con frecuencia y que además de los golpes, la había llegado a atacar con cuchillos de cocina. Por si esto fuera poco, este individuo le amenazaba con matarla si se atrevía a salir de casa y también le hizo saber que no dudaría en viajar a Bangladesh para acabar con la vida del resto de su familia. Con semejantes advertencias, ella jamás se atrevió a salir del piso y mucho menos a denunciar su terrible situación.
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La mujer fue asistida por una agente a la que mostró sus lesiones y cicatrices, y a quien le relató los hechos. Momentos después se detuvo al marido como presunto autor de los delitos de detención ilegal y malos tratos.
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Tras conocer el desenlace, los vecinos comentaron la feliz intervención del amigo de la joven, que aun residiendo en Alicante, puso a Emergencias al corriente de este caso de violencia de género. Precisamente en esta misma línea abundó este lunes la ministra de Igualdad, Irene Montero, tras conocer el caso. «La llamada de un amigo a Emergencias le salvó la vida. Acabar con la violencia machista es responsabilidad de todas y todos», dijo Montero en Twitter. También recordó que cualquier persona «puede denunciar un caso de violencia machista» tanto si es testigo o lo conoce.
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