Investigan si funcionarios de la cárcel de Villena ordenaron pegar a una subdirectora

La mujer se vio sorprendida. Los agresores rodearon y amedrentaron a la funcionaria, según confirmó ayer en un comunicado la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias (IIPP), que condenó los hechos y mostró su «rechazo e indignación» por el «brutal ataque». Según relató, tres de los participantes en la agresión sujetaron por detrás a la responsable del centro Alicante II, mientras que otro le propinó dos fuertes golpes en la cara a la vez que la amenazaba con que mantuviera «la boca cerrada» en esa declaración.

La funcionaria denunció lo ocurrido ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

No era la primera vez que intentaban amedrentarla. La subdirectora ya había recibido amenazas «similares» por WhatsApp a través de un número oculto. Unos hechos que había puesto en conocimiento de los inspectores para que se añadieran al expediente de investigación abierto.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha mostrado su apoyo a la subdirectora de Seguridad de la prisión, a la que ha calificado de «verdadera funcionaria». A su vez, el máximo responsable de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, contactó con la afectada para interesarse por su estado y mostrarle su «apoyo incondicional». Le dijo que han puesto «todas las herramientas legales necesarias para esclarecer los hechos y detener a los agresores«. El director de la prisión de Villena, Feliciano Crelgo, se sumó a las palabras de condena de lo que tildó de «agresión brutal». Según dijo, se trataba de algo «inaudito» y respaldó la postura hecha pública por Instituciones Penitenciarias.

La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Gloria Calero, se mostró tajante ante lo sucedido a la subdirectora de la cárcel de Villena. Tras lo que considera una agresión «intolerable», aseguró que se está haciendo todo lo posible para «para que esto no quede impune«.

Calero insistió en que «no podemos tolerar» que una funcionaria de una institución penitenciaria sea objeto de una agresión. Hizo hincapié en que las personas que trabajan en las cárceles «tienen que sentirse seguras». «No puede pasar que salga de su casa y sea agredida», reiteró.