Las hormonas femeninas y los antiinflamatorios reducen la mortalidad de la covid

Los investigadores indagaron en el rastro dejado en el 'Mapa de conectividad (Cmap)', desarrollado en Estados Unidos, donde se registra el «efecto» de 5.000 moléculas en el genoma humano. «Buscamos aquellas moléculas cuyos efectos en la transcripción imitan o se oponen a los de la tormenta de citoquinas», indica el artículo 'Un análisis identifica fármacos que potencialmente modulan la tormenta de citoquinas desencadenada por la infección por Sars-CoV-2', cuya primera autora es la también investigadora del CNIO Laura Sánchez-Burgos.

Con estos datos predijeron que un grupo de elementos antiinflamatorios, «unos más esperados y otros no», podían reducir la mortalidad de la covid. «Una vez que hicimos el trabajo una de las primeras era la dexametasona» (que se vende con el nombre comercial de Fortecortin). «Lo que nosotros predijimos que iba a contrarrestar esta respuesta inflamatoria, en primer lugar, eran los medicamentos ya conocidos, que se utilizaban casi desde el principio», indica Capetillo. Pero hubo también sorpresas.

Una de ellas, que las hormonas femeninas también evitaban las mortales inflamaciones. "Identificamos la regulación negativa de las hormonas femeninas entre las vías que potencialmente la agravan, lo que ayuda a comprender las diferencias relacionadas con el género en la mortalidad por covid», explican los autores en el 'paper'. "Tienen propiedades antiinflamatorias, y si se fija en la diferencia de mortalidad entre hombres y mujeres prácticamente desaparece una vez que pasa la menopausia", ratifica Capetillo. "Creemos que es porque la diferencia entre hormonas (a esa edad en ambos géneros) es muy baja. De hecho, en Nueva York hay ahora un ensayo de parches de hormonas femeninas para ver si consigue aliviar la parte más severa de la enfermedad».

Los fármacos «que potencialmente contrarrestan» la temida tormenta de citoquinas son los glucocorticoides (antiinflamatorios e inmunosupresores, como la dexametasona o la cortisona, que reduce la glucosa en las células y se usa para terapias de enfermedades como el asma o los linfomas) y los «inhibidores de mek», base de la inmunoterapia oncológica con trametinib y selumetinib. El primer medicamento es hoy el tratamiento primario para la covid, mientras que los segundos, específicos contra el cáncer, tienen «propiedades antiinflamatorias» que incluso «tuvieron un efecto mayor que los glucocorticoides», según comprobaron los investigadores en ensayos 'in vitro'.

Hay dos advertencias en el estudio. La primera, que «cualquier terapia basada en fármacos antiinflamatorios debe restringirse a las etapas tardías y graves de la covid, ya que su uso podría limitar la eficacia del sistema inmunitario para combatir la infección en etapas más tempranas».

Y, la segunda, hay fármacos que potencian la peor reacción inmunitaria frente al virus, como los inhibidores de las topoisomerasas, otro tratamiento contra el cáncer, que rompe partes del ADN para impedir que las células se reproduzcan. Aclaran los investigadores que «de ninguna manera estamos proponiendo indicaciones clínicas novedosas para ninguno de estos agentes», pero sí «proporcionar un recurso que otros pudieran encontrar útil en la selección de medicamentos».