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FERNANDO TORRES
Miércoles, 13 de noviembre 2019, 16:00
Cada día hablaban por teléfono, sin excepción. Por eso ayer, cuando su hermana no le contestó, supo que algo iba mal. A eso de las cinco de la tarde se dirigió a su casa, una finca en un remoto paraje rural del término municipal de ... Tolox. Se encontró la puerta principal atascada por fuera y tras conseguir acceder al interior comenzó a llamarla, pero nadie respondía. Llegó al dormitorio y la mujer, una jubilada belga de 58 años, estaba en la cama, cubierta por las mantas. Al destaparla la encontró sin vida y con signos de violencia, tras lo que llamó al 112, según relató el propio familiar a este periódico junto al lugar de los hechos.
Agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Coín se hicieron cargo del caso, y se desplazaron junto a la comitiva judicial hasta el domicilio, un cortijo ubicado en una salida de la carretera A-366, de difícil acceso y emplazado en una zona angosta llena de pequeñas casas y parcelas, habitadas en su mayoría por ciudadanos extranjeros. Cuando los efectivos sanitarios llegaron al lugar de los hechos sólo pudieron certificar la muerte de la mujer. Los trabajos en busca de pruebas se prolongaron hasta bien entrada la noche.
La víctima se llamaba Ana. El principal sospechoso del supuesto homicidio es un conocido suyo, también belga, que llevaba varios meses manteniendo una relación de amistad con ella. Al parecer, estaba ayudándola con una reforma en la vivienda. Según su hermano, no había signos de lucha ni resistencia en la vivienda, pero sí faltaban objetos de importante valor, ya que la fallecida era coleccionista. Ni el hermano de la víctima ni su mujer tenían constancia de que el sospechoso y la fallecida mantuvieran una relación sentimental, pero sí sabían que en alguna ocasión había dormido en la vivienda, ya que, siempre según su relato, el hombre iba y venía desde Bélgica pero no tenía residencia estable en la provincia de Málaga.
Los primeros datos de la investigación dibujan un escenario en el que la mujer murió de madrugada, ya que, al parecer, los vecinos escucharon un vehículo (los perros comenzaron a ladrar) en torno a las cinco. Según informó la familia, la víctima era experta en artes marciales, por lo que les resulta especialmente llamativo la falta de signos de resistencia.
Ana trabajó toda su vida en asuntos sociales, pero en 2017 se compró la casa en Tolox para estar cerca de su hermano, su único pariente vivo salvo su hija, que reside en Bélgica y ha tenido un hijo hace dos meses. Para arrojar nuevos datos a la investigación está previsto que este miércoles por la mañana se le practique la autopsia al cuerpo en el Instituto de Medicina Legal de Málaga.
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