La figura de Calleja centra el II Monográfico sobre Recuperación de la Memoria Educativa y el Patrimonio Escolar

Estos monográficos, iniciados en 2019 y paralizado por la pandemia, se retoman en esta ocasión con «el objetivo de analizar la figura y obra del editor y escritor de cuentos, libros y manuales escolares, Saturnino Calleja, y su contexto socioeducativo y editorial en sus aportaciones a la popularización del libro en las escuelas y a la consolidación de la educación primaria», tal y como explicó el vicerrector de Responsabilidad Social, Cultura y Deporte de la Universidad de Burgos, Delfín Ortega Sánchez, durante la inauguración.

En opinión de Ortega, poner en valor el legado pedagógico de este insigne burgalés y el patrimonio educativo en general, es «imprescindible» para los futuros educadores, ya que fue «fundamental» para la historia pedagógica española e iberoamericana. «Sin memoria escolar no podemos hablar de una educación integral y tenéis esa responsabilidad» concluyó dirigiéndose a los asistentes, en su mayoría estudiantado de la Facultad de Educación.

La decana de la Facultad, Gloria Diez Abad, recalcó estas ideas y definió a Calleja como una «figura básica en la construcción pedagógica» y que el objetivo general de estos monográficos es «poner de manifiesto la importancia de recuperar la memoria en general y educativa en particular, por su indudable valor para la formación de un educador que se precie, que debe valorar su pasado tanto como su futuro». Por último, agradeció la iniciativa del Área de Teoría e Historia de la Educación de promover esta actividad.

Saturnino Calleja Fernández nació en Burgos en 1853 y residió en Quintanadueñas durante su juventud. El alcalde de la localidad, Gerardo Bilbao León, también participó en la inauguración y puso el foco en la influencia decisiva del editor, pedagogo, escritor y traductor en la educación de varias generaciones de niños «a los que aficionó a leer, con sus preciosos y baratos cuentos, modernizó los libros de pedagogía y defensor de los maestros».

Bilbao mostró el compromiso con la puesta en valor de la figura de Calleja del Ayuntamiento del Alfoz de Quintanadueñas, a quien ha dedicado una calle y el colegio, además de albergar un museo que recoge un importante fondo documental y bibliográfico relativo a Saturnino Calleja Fernández y la famosa Editorial Calleja, creada por él en 1876. Este compromiso nació con la visita de unos de los nietos de Calleja, Enrique Fernández de Córdoba para conocer la localidad de su antepasado, y propuso la creación del museo, gran parte de cuyos fondos han sido donados por la familia.

Más allá de su labor editorial de material pedagógico y su contribución a los planes de estudios de varios países, Juan Luis y Eva Calleja, bisnietos de Saturnino, destacaron el valor de los conocidos Cuentos de Calleja. «Los cuentos siempre serán cuentos, los niños siempre serán niños, y hoy más que nunca hacen falta esos cuentos». Tras la inauguración dieron comienzo las ponencias en las que académicos y pedagogos quienes ofrecieron recursos teórico-prácticos para la formación docente y la promoción de la diversidad cultural.