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Uno de cada cinco españoles vive en riesgo de pobreza, una situación límite en la que cualquier imprevisto o complicación laboral, familiar o económica hace que cruce el umbral y caiga en la falta de lo más indispensable o en la exclusión social. Se trata de un porcentaje alto, pero también es la tasa de pobreza más baja registrada en España en los últimos diez años, según el balance realizado por el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social a partir de los datos oficiales del INE y Eurostat.
La población en riesgo de pobreza ha pasado de ser el 27,4% en 2019 al 20,% en 2023, con un descenso de siete puntos. El retroceso en lo que va de década ha sido continuado pese al 'shock' pandémico del coronavirus y a la posterior crisis desatada por la invasión de Ucrania como lo demuestra el punto y medio de bajada en el tramo final, entre 2021 y 2023.
Pero en este período no solo se redujeron los españoles en riesgo de exclusión social sino también la cantidad de los que viven inmersos en la pobreza severa, los que carecen de lo más básico. Bajaron dos puntos de 2021 a 2023 hasta situarse en el 8,3% de la población, que es también el porcentaje más bajo desde 2015.
En paralelo a la reducción de la pobreza, los datos oficiales indican una rebaja de la desigualdad social en España. El índice GINI, el instrumento de medición internacional de la desigualdad, marcó en 2023 los 31,5 puntos, que es su mínimo histórico en nuestro país y supone un descenso reciente más pronunciado que el de Alemania, Francia o Reino Unido.
El Gobierno considera que estos descensos de la pobreza y la desigualdad en nuestro país tienen relación directa con «el escudo social» que ha desplegado, el conjunto de medidas anticrisis y redistributivas tomadas desde el inicio de la pandemia. En este punto coincide con el estudio realizado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza (EAPN), que indica que sin las ayudas y transferencias públicas de los últimos años a las familias la tasa de riesgo de pobreza en España sería el doble de la actual y alcanzaría al 42,6% de la población.
El análisis ministerial calcula que medidas como la puesta en marcha del ingreso mínimo vital en 2020, la extensión de los ERTE durante la pandemia, las subidas del salario mínimo, la rebaja del IVA de productos esenciales y energía, los topes a la factura de la luz y del gas o la fuerte revalorización de las pensiones han evitado que casi 11 millones de españoles entrasen en riesgo de padecer pobreza.
De hecho, el informe baja a lo concreto y señala que el efecto de los ERTE y del IMV redujo la pobreza un 3,1% en 2021 y evito que millón y medio de ciudadanos rozasen la exclusión social y recuerda que el país solo necesitó 16 meses para retornar y superar la cifra de empleo prepandémico cuando en la anterior década, la de la gran crisis financiera, con ejecutivos conservadores, se tardó diez años en lograr lo mismo.
Solo la implantación del IMV estiman que ha reducido la tasa de pobreza severa entre el 5% y 20%, dependiendo de los beneficiarios en cada territorio. La mejora de las pensiones, que han subido un 27% de media en cinco años, concluye el análisis que ha reducido el riesgo de pobreza en 16,4 puntos y que ha alejado de este umbral de exclusión social a 7,8 millones de españoles.
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