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alfonso torices
Madrid
Lunes, 2 de marzo 2020, 01:58
España es un país de vertederos. Cada año arroja más 12 millones de toneladas de desperdicios urbanos a estos recintos, el 54% de todos los que genera. Entierra en depósitos horadados en la naturaleza el doble de basura que la media de UE, donde ... solo mandan a los vertederos un 24% de sus desechos, porque priorizan otras fórmulas de tratamiento mucho más sostenibles como el reciclaje o la quema de residuos para generar energía. La deficiente gestión española solo es superada por Estados como Grecia, Chipre o Rumanía, que amontonan sin tratar ocho de cada diez toneladas.
«Somos maestros en vertidos porque sale mucho más barato que reciclar», lamenta Carlos Arribas, responsable de Residuos de Ecologistas en Acción. Este experto aclara que si ya es una irresponsabilidad enterrar más de la mitad de la basura, con riesgos como el grave siniestro registrado en el depósito Zaldibar, la realidad es que el volumen de desperdicios que de verdad llega a los vertederos españoles, «sin contar las miles de escombreras ilegales», está más próximo al 70%. Este 15% adicional, explica, es la presunta materia orgánica que las plantas de tratamiento separan y dedican al compostaje -fabricación de abono con residuos-, pero que en realidad termina en su mayor parte en los vertederos porque no se logra comercializar por estar mezclada con trozos de plástico o vidrios.
La querencia española por el vertido es tal que un tercio de la basura ni siquiera pasa por las plantas de tratamiento y llega directa al depósito. «Una barbaridad -añade Arribas- que incumple una directiva europea de hace 20 años». El resultado es que más de 200 vertederos distribuidos por toda España están, en su mayoría, saturados y en muchos casos a punto de colapsar. La llegada de basura a estos puntos es tan acelerada que por lo general agotan su vida útil en la mitad de los 25 o 30 años de almacenamiento para los que se construyeron.
La prevalencia de los vertederos en España se debe a dos razones. En primer lugar, a que la tasa de reutilización de residuos urbanos solo ronda el 35%, con casi un 20% de reciclaje y sobre un 17% de compostaje. Solo es un éxito la recogida de envases domésticos y papel. Para el resto la proporción es muy inferior a la media europea, que reutiliza la mitad de los desechos. España está muy lejos de las exigencias de la UE, que marcó como objetivo para este año reutilizar el 50% de las basuras y que para 2030 pide llegar al 60%, lo que le puede acarrear sanciones.
En segundo lugar, los municipios y empresas españolas transforman en energía a través de la incineración solo un 12% de los residuos, cuando la media comunitaria es del doble (24%). De hecho, los países que se acercan al vertido cero, como los escandinavos o Alemania, además de altos porcentajes de reciclaje, convierten en cenizas y energía entre el 30% y 50% de sus desechos. España, por el contrario, va camino de incumplir el objetivo que el Gobierno se impuso para 2020 -no llevar a vertedero más del 35% de basuras- y, salvo giro drástico, no alcanzará el mandato de la UE para 2035, un máximo del 10% de residuos enterrados.
La Asociación de Empresas de Valorización Energética, los ecoparques que incineran residuos, mantiene que aumentar el número de sus plantas es la única estrategia que podría permitir a España acercase la reducción de vertederos que pide la UE.
Ecologistas en Acción reclama medidas que reduzcan los vertidos y aumenten el reciclaje. La principal es una tasa nacional sobre el vertido. «Si el vertido es barato nadie recicla, pero si cuesta 94 libras por tonelada, como en Reino Unido, ayuntamientos y particulares se pensarán el tirar los desperdicios», defiende Arribas. La otra gran actuación sería un fuerte impulso al reciclaje. Lograr la separación real de materiales en hogares y negocios con una recogida selectiva más dura, como podría ser la recogida puerta a puerta o la extensión de los contenedores que se abren con un código personal, para controlar la forma en la que se deposita la basura, sobre todo en el caso de los residuos orgánicos.
España tardó años en cumplir con los requisitos de respeto al medio ambiente que Europa impuso a los vertederos en el siglo XXI. Prueba de ello es que el Tribunal de la UE, en sentencias de 2016 y 2017, la condenó porque 88 vertederos no cumplieron las nuevas exigencias en el período transitorio dado para ello. Ecologistas en Acción cree que incidentes como el de Zaldibar se deben a que, aunque las nuevas exigencias europeas a los vertederos son bastante duras, «hay pocos inspectores, que hacen pocas inspecciones y poco profundas».
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