Borrar
La epidemia de las enfermedades digitales

La epidemia de las enfermedades digitales

Dolores cervicales, tendinitis, ansiedad y hasta anorexia. Radiografía de las enfermedades que acechan a los jóvenes por el abuso de internet desde dispositivos móviles

Javier Guillenea, Izania Ollo y Beatriz Campuzano

Jueves, 4 de mayo 2023, 00:12

Para los 'centennials', la generación de jóvenes nacida en torno al año 2000, un mundo sin redes sociales es una pesadilla impensable, un ejercicio de imaginación desbocada ideado por mentes calenturientas. Para ellos, internet es tan natural como el agua, algo que siempre ha estado ahí, a su alcance. Los nativos digitales están continuamente expuestos al universo virtual y algunos lo acaban pagando caro.

12,6%

Entre 1 y 4 horas diarias

17,3%

Más de 5 y menos de 8 horas

68,5%

Constantemente,

conexión continua

1,6%

1 hora o menos

12,6%

Entre 1 y 4 horas diarias

17,3%

Más de 5 y menos de 8 horas

68,5%

Constantemente,

conexión continua

1,6%

1 hora o menos

12,6%

Entre 1 y 4

horas diarias

17,3%

Más de 5

y menos de

8 horas

68,5%

Conexión

continua

1,6%

1 hora o

menos

12,6%

3

17,3%

2

68,5%

1

1,6%

4

Constantemente, conexión

continua

1

2

Más de 5 y menos de 8 horas

3

Entre 1 y 4 horas diarias

4

1 hora o menos

Las patologías y dependencias provocadas por las redes sociales afectan a un número cada vez mayor de jóvenes. Pero en muchos casos ni siquiera son conscientes de que tienen un problema.

Promedio de minutos al día que dedican

los jóvenes al uso de pantallas

Fines de semana

Entre semana

294,1

198,9

Recomendación

minutos/día

<120

minutos/día

minutos/día

Promedio de minutos al día que dedican

los jóvenes al uso de pantallas

Fines de semana

294,1

Entre semana

198,9

minutos/día

Recomendación

<120

minutos/día

minutos/día

Promedio de minutos al día que dedican los jóvenes al uso de pantallas

Recomendación

<120

minutos/día

Entre semana

198,9

minutos/día

Fines de semana

294,1

minutos/día

Promedio de minutos al día que dedican los jóvenes al uso de pantallas

Recomendación

<120

minutos/día

Entre semana

198,9

minutos/día

Fines de semana

294,1

minutos/día

El desarrollo de internet, los teléfonos inteligentes y la aparición de las redes sociales han cambiado por completo el mundo y lo han hecho en muy poco tiempo. «En estas últimas dos décadas nos hemos encontrado con cambios revolucionarios en el ámbito de la comunicación», dice Enrique Echeburua, catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco. «Cuando hablamos de las redes sociales, están especialmente orientadas hacia los adolescentes, que todavía tienen el cerebro inmaduro, sobre todo la zona prefrontal, que es la relacionada con la toma de decisiones, el autocontrol o el posponer la gratificación inmediata. Esto quiere decir -añade Echeburua- que son más sensibles».

Esta sensibilidad les hace especialmente vulnerables al campo de minas que para ellos puede suponer el mundo virtual. El psicólogo «recuerda que la tecnología no es buena ni mala, ya que depende del uso que se le dé», pero añade que cuando se utiliza mal «se ceba especialmente en el mundo de los adolescentes».

En 2019 el Ministerio de Sanidad cifró entre un 6 y 10% el porcentaje de jóvenes españoles que realizaba un uso abusivo de las nuevas tecnologías. De ellos, entre el 3% podían calificarse como adictos. «Eso quiere decir que una gran mayoría de personas hace un uso razonable de estas tecnologías, pero un numero nada despreciable está haciendo un uso problemático, con el agravante de que esto ocurre en una edad crítica como es la adolescencia y el impacto es mucho mayor que en personas mayores», asegura Echeburua.

Una investigación mucho más reciente, elaborada en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Europea Miguel de Cervantes por Matías López Iglesias, Alejandro Tapia Frade y Claudia Ruiz Velasco, llega a la conclusión de que el 12% de los 'centennials' ha experimentado alguna de las patologías relacionadas con las redes sociales.

Y tú, ¿cuánto sobrecargas tu columna?

5 kg

La cabeza humana

pesa alrededor

de 5 kilos, pero a

medida que el

cuello se inclina

hacia delante y

hacia abajo, el peso

en la columna

cervical aumenta

0

18 kg

30º

En un ángulo de

30º, el peso

se multiplica por

cuatro y llega

a los es de 18 kilos

22 kg

0

45º

En un ángulo de

45º, el peso

se multiplica por

cinco y llega

a los 22 kilos

Posición habitual a la hora de coger el móvil

0

27 kg

60º

En un ángulo de 60º, el peso

se multiplica por seis y llega

a los 27 kilos

Y tú, ¿cuánto sobrecargas tu columna?

5 kg

La cabeza humana

pesa alrededor

de 5 kilos, pero a

medida que el

cuello se inclina

hacia delante y

hacia abajo, el peso

en la columna

cervical aumenta

0

18 kg

30º

En un ángulo de

30º, el peso

se multiplica por

cuatro y llega

a los es de 18 kilos

0

22 kg

45º

En un ángulo de

45º, el peso

se multiplica por

cinco y llega

a los 22 kilos

Posición habitual a la hora de coger el móvil

0

27 kg

60º

En un ángulo de 60º, el peso

se multiplica por seis y llega

a los 27 kilos

5 kg

La cabeza humana pesa alrededor

de 5 kilos, pero a medida que el

cuello se inclina hacia delante y

hacia abajo, el peso en la columna

cervical aumenta

27 kg

22 kg

18 kg

En un ángulo de 30º, el peso se multiplica por cuatro y llega a los 18 kilos

En un ángulo de 45º, el peso

se multiplica por cinco y llega

a los 22 kilos

En un ángulo de 60º, el peso

se multiplica por seis y llega

a los 27 kilos

0

0

0

60º

30º

45º

Posición habitual a la hora de coger el móvil

Y tú, ¿cuánto sobrecargas tu columna?

5 kg

La cabeza humana pesa alrededor

de 5 kilos, pero a medida que el

cuello se inclina hacia delante y

hacia abajo, el peso en la columna

cervical aumenta

27 kg

22 kg

18 kg

En un ángulo de 30º, el peso

se multiplica por cuatro y llega

a los es de 18 kilos

En un ángulo de 45º, el peso

se multiplica por cinco y llega

a los 22 kilos

En un ángulo de 60º, el peso

se multiplica por seis y llega

a los 27 kilos

0

0

0

30º

45º

60º

Posición habitual a la hora de coger el móvil

«Los datos son todavía más alarmantes, al observar que un tercio de los jóvenes ha sufrido ansiedad y depresión», y otro tercio ha presentado otros síntomas, señalan los autores del estudio.

Principales dolencias

físicas por el uso

del móvil

Desgaste cervical

Las cervicales se sobrecargan y se debilitan

Luz azul

Puede dañar las células de la retina.

Inflamación de los nervios

Que van por

la columna

Codo de tenista

Tendinitis en los dedos

Así como en la muñeca o los antebrazos

Principales dolencias

físicas por el uso del móvil

Desgaste cervical

Las cervicales se sobrecargan y se debilitan

Inflamación de los nervios

Que van por

la columna

Luz azul

Puede dañar las células de la retina.

Tendinitis en los dedos

Codo de tenista

Así como en la muñeca o los antebrazos

Principales dolencias físicas

por el uso del móvil

Luz azul

Desgaste cervical

Puede dañar las células de la retina.

Las cervicales se sobrecargan y se debilitan

Inflamación de los nervios

Que van por

la columna

Tendinitis en los dedos

Así como en la muñeca o los antebrazos

Codo de tenista

Principales dolencias físicas por el uso del móvil

Desgaste cervical

Las cervicales se sobrecargan y se debilitan

Luz azul

Puede dañar las células de la retina.

Inflamación de los nervios

Que van por la columna

Codo de tenista

Tendinitis en los dedos

Así como en la muñeca o los antebrazos

Las redes sociales son un caldo de cultivo donde la pérdida de atención, las alteraciones en la comunicación, la tiranía de la popularidad o la pérdida de intimidad pueden provocar patologías como depresiones, adicciones, anorexia, nomofobia o problemas físicos.

  1. Imagen principal - Pérdida de atención

    Pérdida de atención

Todos hacemos varias cosas al mismo tiempo. Por ejemplo, podemos pasear y charlar a la vez sin mayor problema porque una de estas tareas, de la andar, la tenemos automatizada. Somos capaces de caminar sin tener que pensar dónde colocaremos el pie al siguiente paso. «Pero cuando una persona está leyendo mientras escucha música y está pendiente de un tuit, el nivel de rendimiento cognitivo y de distraibilidad realmente es mucho mayor al mismo tiempo que le mantiene a estas personas realmente con un nivel de estrés fuerte. La multitarea está muy vinculada con la dificultad de concentración y la pérdida de atención, con mentes erráticas que están pendientes simultáneamente de varias cosas».

  1. Imagen principal - Alteraciones en la comunicación

    Alteraciones en la comunicación

Enrique Echeburua recuerda que «conectarse no es comunicarse». Twitter habla de seguidores y en Facebook lo que tenemos son amigos. Son términos que, según el psicólogo, tienen «un cierto carácter perverso» en las redes sociales porque «si la comunicación es a través de un whatsapp o de un correo electrónico, y por muy ingeniosos que sean los que emoticonos, eso no puede sustituir nunca al valor que tiene una sonrisa o un abrazo».

Las listas interminables de amigos en una red social pueden ocultar grandes soledades. Hay jóvenes que cuentan con muchos seguidores pero no tienen a nadie para salir el fin de semana o compartir un problema. «Esto es perjudicial para muchos adolescentes, que se hallan en una etapa en la que están creando las relaciones de amistad que luego van a perdurar a lo largo de la vida. Se encierran en la habitación y pueden estar conectados con cualquier persona del mundo y les da la sensación de que están permanentemente conectados. Están solos pero no lo saben».

  1. Imagen principal - Tiranía de la popularidad

    Tiranía de la popularidad

Los adolescentes están inmersos en plena construcción de su autoestima y este es un empeño que las redes sociales pueden desbaratar. «Son muy sensibles a la atención y a la admiración de los demás, porque justamente en ese momento está configurándose su personalidad. Los likes funcionan como un chute de dopamina, tienen una capacidad de enganche muy similar a la de ciertas drogas». Por eso, cuando un joven comienza a perder seguidores puede llegar a sentirse desesperado y comienza a hacer cualquier cosa para recuperarlos. «Pueden incurrir en conductas cada vez más arriesgadas como sacarse selfies en lugares peligrosos o enviar mensajes o fotos cada vez más excitantes».

  1. Imagen principal - Riesgo de accidentes

    Riesgo de accidentes

Ocurre también en adultos. «Si una persona está mirando el móvil mientras conduce, el riesgo de accidente es como si hubiera tomado tres copas de alcohol». Es un peligro que también se da entre peatones, porque «hay personas absortas que caminan por la calle mirando la pantalla sin mirar por dónde van. El riesgo que implica eso es importante».

Observando en un punto concreto

60º

Campo de visión normal

Visión monocular

Visión monocular

Observando en un punto concreto

60º

Campo de visión normal

Visión monocular

Visión monocular

Observando en un punto concreto

60º

Campo de visión normal

Visión monocular

Visión monocular

Observando en un punto concreto

60º

Campo de visión normal

Visión monocular

Visión monocular

  1. Imagen principal - Pérdida de intimidad

    Pérdida de intimidad

Los adolescentes a veces no llegan a distinguir la faceta pública de la privada. «Son como círculos concéntricos cada vez más reducidos. La faceta pública la exponemos ante muchas personas, la privada es la de nuestras aficiones e intereses y la compartimos con unas pocas personas, mientras que la íntima, que son nuestras expectativas, nuestras esperanzas y nuestros deseos las tenemos solo nosotros y aquellos con quienes las queremos compartir. Mantener ese nivel de integridad es lo que confiere dignidad al ser humano», dice Echeburua.

Todo este equilibrio puede llegar a saltar por los aires en las redes sociales con imprevisibles consecuencias. «Si la intimidad se convierte en un patio de vecinos donde circula al mismo tiempo que la faceta pública, se convierte en un elemento muy negativo y especialmente el ámbito de los adolescentes. Si además asumimos que se pueden enviar fotos comprometidas o compartir las claves de acceso a las redes sociales cuando se mantiene una relación de pareja, si luego esa pareja se rompe, la otra persona puede vengarse haciendo un uso bastardo de las confidencias que ha obtenido o de las fotos. Nos encontramos así en la línea del ciberacoso».

  1. Imagen principal - Adicción y depresión

    Adicción y depresión

Entre las causas más reconocidas de la adicción a las redes se encuentran la baja autoestima, la insatisfacción personal, la depresión o hiperactividad e, incluso, la falta de afecto, carencia que con frecuencia los adolescentes tratan de llenar con likes. El perfil mayoritario del adicto es el de un joven de entre 16 y 24 años. Los adolescentes son los que tienen mayor riesgo de caer en la adicción por tres motivos básicos: su impulsividad, la necesidad de tener una influencia social amplia y expansiva y, finalmente, la necesidad de reafirmar la identidad de grupo.

Además, el 11% de los jóvenes que sufren adicción a las redes sociales acaban sufriendo una depresión. Si no consiguen un número determinado de seguidores o de likes, o si no retuitean sus mensajes, pueden sentirse excluidos y caer en estados depresivos.

  1. Imagen principal - Anorexia y bulimia

    Anorexia y bulimia

Estas patologías ya existían antes, pero las redes sociales se han convertido en un vehículo perfecto para su propagación. «Tiene que ver con el ideal de popularidad al que aspiran los adolescentes, donde su éxito va a venir determinado en buena medida por la belleza, que está asociada a su vez por la delgadez y la juventud», explica Echeburua. Estas patologías afectan más a las chicas.

En el caso de los chicos, su equivalente vendría a ser la vigorexia. Cuando surgen este tipo de problemas muchas adolescentes «se someten a regímenes brutales», pero se encuentran con el escollo de que pasan hambre. Para evitarlo, acuden a las redes sociales, donde hacen apuesta para ver cuántos kilos pueden perder en una semana e intercambian trucos para adelgazar sin pasar hambre.

Hay numerosas webs y foros donde las adolescentes se ponen el reto de adelgazar. «Si esto lo hace una adolescente que no tiene unos criterios claros, que no tiene una red de apoyo familiar determinada y que no tiene un equilibrio emocional claro, el riesgo de que pueda ser un factor precipitante de un problema serio pues es alto».

  1. Imagen principal - Sedentarismo y obesidad

    Sedentarismo y obesidad

«Si el adolescente deja de salir a la calle, pierde sus aficiones habituales y se encierra en su habitación, es muy fácil que recurra a la comida basura y que caiga en la obesidad», dice Echeburua. Miedos, estrés, insatisfacción, aburrimiento, baja autoestima y cansancio, son las emociones que están más asociadas con las conductas de obesidad digital. Según los expertos, los niños que pasan más de tres horas al día conectados a la red tienen un 79% más de posibilidades de tener sobrepeso u obesidad.

  1. Imagen principal - Nomofobia

    Nomofobia

Es el miedo a perder algo en las redes sociales o a quedar excluido de un evento. Este temor obliga a los adolescentes a estar permanentemente conectados a internet. Además, explica Echeburua, «les parece que las cosas interesantes pasan siempre por la noche, que es cuando hay más gente conectada».

Créditos

  • Narrativa visual Beatriz Campuzano e Izania Ollo

  • Vídeo Ainhoa Múgica

  • Desarrollo Gorka Sánchez

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta La epidemia de las enfermedades digitales