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Los embalses españoles continúan al alza. Son solo 17 hectómetros cúbicos lo que han ganado en una semana, una cantidad mínima que no altera la reserva hídrica nacional, que se mantiene en el 66,6% de su capacidad, exactamente igual que hace siete días (sube ... un 0,03), lo que no es mala noticia teniendo en cuenta de dónde veníamos.
Esos 17.000 millones de litros de más elevan la cantidad de agua almacenada actualmente a 37.342 hectómetros cúbicos, según el boletin que cada martes publica el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) con los datos de la reserva hídrica nacional. Es la mayor cantidad de agua embalsada en España desde el 26 de mayo de 2020, hace casi cuatro años, cuando se alcanzaron los 37.361 hectómetros cúbicos, 19 más que ahora.
Así, los embalses están casi 17 puntos por encima que la misma fecha de hace un año (con 9.268 hm3 más de agua) y 2 puntos por encima de la media de los últimos diez años (con 1.094 hm3 más de agua).
En la vertiente atlántica, la reserva se encuentra al 68,7% y ha aumentado una décima con respecto a la semana pasada. Mientras que en la vertiente mediterránea, la reserva se encuentra al 60% y está prácticamente igual que hace una semana.
Uno de los avances más significativos, pese a su pequeño incremento, se ha producido en las cuencas internas catalanas, las que peores registros presentan por la situación de sequía que se ha cebado con esa parte de la España mediterránea.
A fecha de hoy cuentan con 126 hm3 (18,2%), dos décimas más que hace una semana. «Hace cinco meses que no contábamos con estos valores, que aún siguen siendo muy bajos», señalan desde la Agencia Catalana del Agua (ACA). Todo el área metropolitana de Barcelona, incluida la capital catalana, y la ciudad de Gerona, que dependen de estos embalses, siguen en la fase uno de emergencia por sequía, que limita el consumo general a un máximo de 200 litros por habitante y día. «Eso no significa que cada persona pueda consumir 200 litros al día en su casa», advierten desde la ACA, que recomiendan un máximo de 90 litros por persona para uso doméstico.
También han ganado algo más de agua los pantanos de la Cuenca del Guadalquivir, la más extensa de Andalucía. La semana pasada estaban al 46,8% y este martes se encuentran al 47,1%, una ligera subida gracias a las precipitaciones de los últimos días y al deshielo de Sierra Nevada, parte de cuya reserva nival va a parar a esta cuenca que abarca 49 embalses de doce provincias y cuatro comunidades autónomas.
La cara más óptima de esta situación la tenemos en el embalse de Sierra Boyera, al norte de la provincia de Córdoba, que ha pasado en un año de estar vacío al 77% de su capacidad. Precisamente, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, anunció el lunes que después de un año recibiendo el agua potable en camiones cisterna, los 80.000 vecinos de Los Pedroches y el Alto Guadiato, en el norte de Córdoba, podrán consumir de nuevo el agua del grifo, después de que la Consejería de Salud haya certificado la potabilidad del agua almacenada en Sierra Boyera.
La situación de estos embalses del Guadalquivir también va a permitir incrementar la cantidad de agua para riego, otra buena noticia para el campo. De hecho, la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) prevé triplicar las dotaciones de riego en los diferentes cultivos respecto al año anterior. El organismo recuerda que «seguimos en sequía» y, por tanto, «no se va a llegar a la normalidad», si bien van a poder pasar de los 380 hectómetros cúbicos del año pasado -«una de las peores campañas de la historia, con un »riego de subsistencia«- a unos mil hectómetros cúbicos para este año.
En estos momentos, los embalses de la cuenca del Guadalquivir se encuentran al 47,1%, con 3.789,3 hm3 de los 8.034 hm3 de capacidad total. Una situación envidiable en comparación con otras zonas del sur peninsular, como la cuenca del Segura (24,3% de su capacidad) con pantanos como el de Santomera (en la Región de Murcia), al 11%, o la Mediterránea Andaluza (31,1%), que al menos ha subido medio punto en esta última semana.
Repasemos la situación por cuencas: el Cantábrico Oriental se encuentra al 89%; el Cantábrico Occidental, al 89,6%; el Miño-Sil, al 87,4%; Galicia Costa, al 85%; las cuencas internas del País Vasco, al 90,5%; el Duero, al 92,5%; el Tajo, al 81%; Tinto, Odiel y Piedras, al 85,6%; el Ebro, al 74,3%; el Júcar, al 56,7%; y el Guadiana, al 51,7%. Y por debajo de la mitad siguen Guadalete-Barbate, al 30,6%; el Guadalquivir, al 47,1%; la Cuenca Mediterránea Andaluza, al 31,1%; el Segura, al 24,3%; y las cuencas internas de Cataluña al 18,2%.
Y la reserva hídrica podría continuar al alza si se confirman los pronósticos meteorológicos, que prevén lluvias a lo largo y ancho del país este fin de semana. Según el portal Meteored (tiempo.com), nos espera un final de abril con un tiempo más invernal que primaveral debido a una borrasca fría que se acercará a finales de semana y que dejará chubascos en buena parte del país y algunas granizadas.
Este martes, las lluvias se mantendrán en el norte peninsular, en el Cantábrico, especialmente abundantes en el Oriental, y en el Alto Ebro. Además, habrá nevadas en los Pirineos, con una cota de nieve que se situará en torno a los 1.000 metros de altitud. El miércoles se prevé que los cielos estén más despejados, salvo en zonas de Gipuzkoa, norte de Navarra y sector occidental del Pirineo, donde se esperan precipitaciones. Por la tarde, los cielos se nublarán en la Península.
El jueves ya se acercará al noroeste peninsular la nueva borrasca fría aislada (BFA), que podría ser de alto impacto. Asociado a esta depresión, un frente atlántico dejará lluvias en zonas del extremo norte, que serán más intensas en Galicia, Asturias y el noroeste de Castilla y León. También nevadas en la Cordillera Cantábrica y los Pirineos. Las temperaturas descenderán en la vertiente atlántica, especialmente por el noroeste de la Península.
El viernes el impacto de la BFA aumentará la inestabilidad. La tarde del viernes parece que será lluviosa por todo el noroeste peninsular, y el sábado se espera un temporal más invernal que primaveral, ya que se producirán tanto lluvias como nevadas en las montañas del norte peninsular y en la meseta norte. Las precipitaciones serán más destacadas en el nordeste de la Península. Excepto en el Meditarráneo, el descenso de temperaturas será notable.
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