Tranquilidad y prudencia en los padres de Burgos ante la presencialidad en la vuelta a las clases

El presidente de FAPA Burgos, Francisco José Sánchez, afirma que no debería haber ningún debate. «Somos cien AMPAs en Burgos y ninguna se ha dirigido a nosotros para preguntarnos por esa supuesta incertidumbre en la vuelta al colegio. Abogamos por la presencialidad porque es lo mejor», agrega Sánchez.

Y ese 'es lo mejor' lo esgrime con las actuales medidas anticovid con las que convive la comunidad educativa desde septiembre de 2020. «Hemos pasado ya un curso en el que hemos visto que las aulas son seguras. Ha habido contagios, pero no está demostrado que se hayan producido en las aulas», añade el presidente de FAPA, que reconoce que volver a la enseñanza telemática sería un error. «Lo vimos durante los tres meses que nos tocó quedarnos en casa. Eso fue una salida de emergencia», continúa.

Las explicaciones de la presencialidad en las aulas siguen con la necesidad de los niños de socializar, así como con la conciliación laboral de las familias. «Las pocas medidas que se están tomando para parar la sexta ola es que se vuelva a trabajar lo antes posible, reduciendo las cuarentenas. No se habla de conciliación. Sería absurdo, ridículo y poco coherente cerrar colegios. Nos sacan antes a la calle, por lo que no tendría sentido no mandar a los niños al colegios», manifiesta el presidente de FAPA Burgos, que defiende el trabajo del profesorado y los alumnos en este tiempo.

«Los niños han dado un ejemplo a todos. El profesorado está haciendo las cosas bien. Tenemos la experiencia de un curso y tres meses y casi no se están dando casos. No hay otra opción que la de volver a clase», concluye.

De esta forma, como los meses anteriores, las medidas de prevención proseguirán con rigurosidad, con las reglas básicas como la ventilación cruzada, el lavado frecuente de manos, la higiene máxima y el uso correcto de mascarillas, también en los patios. «En los días siguientes seguiremos viendo una subida de la incidencia», analizó Darias, sobre los «datos más altos desde que comenzó la pandemia». «Estaremos viendo los efectos de Nochebuena y el evento de fin de año. Pero hay una menor gravedad, que tiene que ver con la variante ómicron y la altísima tasa de vacunación».

En cuanto a la duración de la cuarentena para los estudiantes, se mantendrá el protocolo actual por igual para menores y adultos, aunque, dice Darias, esperan una nueva decisión de la Ponencia de Alertas y la Comisión de Salud Pública, para la flexibilidad de los días de aislamiento para los infectados y los que tengan contacto estrecho con personas no vacunadas.

Actualmente no hay cuarentena por contacto estrecho con personas vacunadas, recordó Darias, y se ha bajado de diez a siete días para los que no estén vacunados, tanto si son niños como si son adultos. «Las cuarentenas se han modificado para dar una respuesta estratégica», recordó. Los que resulten infectados deberán guardar siete días de confinamiento, estén o no vacunados.

Una de las razones para mantener el regreso presencial a clases ha sido la alta tasa de vacunación, «la mejor arma para luchar contra la covid», insistió Darias. Hay un 86% de vacunados con pauta completa entre la población de 12 a 19 años, y un 28,8% con primera dosis entre los 5 y 11 años, gracias también al «papel fundamental» de los centros educativos.

Las escuelas «son espacios seguros», acotó la ministra de Educación, Pilar Alegría. «La presencialidad fue acordada unánimemente ahora, como lo fue antes del inicio del curso 2021-22. Haciendo balance esa decisión fue absolutamente acertada. Prudencia, sí; alarmismo, no».

En las universidades, que comienzan un periodo de evaluación, «se está trabajando para que los estudiantes contagiados no pierdan la convocatoria de exámenes», sostuvo el ministro de Universidades, Joan Subirats.