La adolescente que expuso los fallos de la educación africana en la ONU

«Mi padre siempre me ha dicho que la base de todo es la educación, pero creo que no fue hasta un viaje de fin de curso a Marruecos en 3º de la ESO que hice el problema realmente mío», afirma con rotundidad. Allí conoció la realidad de unos profesores que luchaban contra una evidente falta de recursos para evitar el abandono escolar que le encendió la chispa y las ganas de hacer algo. Tras hablarlo con sus padres, ambos cineastas, decidieron «intentar poner su granito de arena» a través de un documental. El proyecto muestra las experiencias en primera persona de Marta, junto a su hermano pequeño y una amiga, en distintas escuelas de la isla mozambiqueña de Ibo, donde hablan directamente con los alumnos y maestros del lugar. «Primero quería verlo con mis propios ojos, comprender bien el problema antes de empezar a buscar soluciones».

Se dio cuenta de que la escasa formación de los profesores, la falta de inversión o la ineficacia para adaptar los contenidos de las materias a la realidad social del país provocaban el desinterés de los alumnos. «A niños que no habían visto una bombilla en su vida les estaban hablando de amperios», ejemplifica la sevillana. «A lo mejor no sabían sumar y les estaban enseñando a sumar resistencias. Es evidente que algo falla». Borrell se enfrentó también con otro problema añadido como es el hecho de que muchas alumnas abandonan la escuela después de sufrir abusos sexuales por parte de los profesores y quedarse embarazadas. «El papel de la mujer está muy malinterpretado, muy degradado. Hay que protegerlas y eso no se puede hacer de otra manera que con la ley», sostiene Marta.

Además de su experiencia sobre el terreno, la joven activista entrevistó a personalidades del ámbito de la educación como el expresidente de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza,  el director del Departamento de Educación del Banco Mundial, Jaime Saavedra o Ndaba Mandela, nieto del exmandatario y presidente de Africa Rising Foundation. Aprendió la diferencia entre escolaridad y aprendizaje, entre educación y capacitación. «Yo me quedaría con una frase de Nelson Mandela, porque creo que sintetiza todo lo que vi y lo que me contaron: 'La educación es el arma más poderosa que tenemos para cambiar el mundo'», dice sin dudar.

Con todo este bagaje en la mochila, elaboró una especie de conclusiones sobre qué constituye una educación de calidad que pueda mejorar la educación en los países en desarrollo. Gracias a la insistencia y trabajo de su madre, logró exponerlas hace un año en el foro del Día Internacional de la Educación en la sede de las Naciones Unidas. «Yo era la única niña en edad escolar que había en la sala. Pero cuando me di cuenta de que no hablaba por mí o por mi experiencia, sino por todos los niños que no estaban allí, se me fueron los nervios. Qué mejor altavoz que la ONU para hacerlo».

El documental cuenta con el sello de calidad de la Unesco que acredita que «todo fuera real y verídico». «A mí me gustaría que el documental sirviese para abrir debate, conocer el problema y que la gente lo hable y le busque sus propias soluciones, que a lo mejor son factibles o no, pero que nunca sobran», concluye con decisión.