Cuando un alumno llega a la ESO, pronto empiezan para él las presiones sobre su futuro. ¿Estudiar Bachillerato? ¿Trabajar directamente? ¿Hacer una carrera? ¿O darle una oportunidad a un grado medio o superior? Son decisiones difíciles que se deben tomar a edades tempranas y que ... definirán la vida, también laboral, de cualquier joven estudiante.
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Pero, en ocasiones, desde los centros de enseñanza esta se basa en la preparación para Bachillerato, EvAU y posterior grado universitario exclusivamente. La opción de los grados medios y superiores queda, por tanto, relegada a un segundo plano, ya que, muchas veces, los alumnos las desconocen y por eso se matriculan en una carrera.
Pero, en realidad, un estudiante que cursa alguno de estos ciclos medios y superiores sale «muy beneficiado», según afirma José María Sánchez, jefe de estudios adjunto de ciclos de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Burgos, EASD. Otros puntos fuertes de escoger este tipo de enseñanzas sería la alta empleabilidad, el menor tiempo requerido para completar los grados y la gran importancia que se le da en los estudios a la parte práctica.
Además, estas ventajas no sólo las mencionan los docentes de los grados medios o superiores; sino que la mayoría de los alumnos que las han cursado las suscriben. Por ejemplo, Celia estudió un Grado Medio y después otro Superior del ámbito de Estética. Escogió dichas enseñanzas porque «no había ninguna carrera ni nada que se le pareciese», así que eligió otro camino estudiantil.
Después de cursar ambos grados y dedicarse laboralmente a lo que estudió, Celia admite que esta opción es «una forma muy útil de aprender y entrar en el mundo laboral. Además, puede ser el escalón a la Universidad», explica. Para Gonzalo, su grado superior le «sirvió mucho» y «fue como Bachillerato, pero con asignaturas que me gustaban de verdad».
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Aythami Pérez Miguel
Al terminar Bachillerato, Raúl decidió que estudiaría un grado superior antes de lanzarse a la universidad. Considera esta etapa de su vida como «una experiencia superbuena» que le ayudó en la carrera. «Entré con una base y una edad infinitamente más adecuada que el resto», recuerda.
Por otro lado, Irene explica cómo llegó a estudiar un grado superior: «Empecé haciendo una carrera cuando acabé Bachillerato, me metí en una que no me gustaba por meterme en una, y al año me di cuenta que no me gustaba y lo dejé». Después estudió dos grados superiores para completar su formación.
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Antonio escogió otro camino: primero estudió un grado de Magisterio para después cursar un grado superior de electricidad. Su experiencia «fue muy positiva» y afirma que no se esperaba «tener muchos conocimientos» sobre lo que había estudiado «en tan poco tiempo».
«A mi juicio, los alumnos se decantan por estos estudios profesionales fundamentalmente por la posibilidad de que al final hacen formación en centros de trabajo», señala el jefe de estudios de EASD. «Eso les da grandes posibilidades para después», continúa hablando de la empleabilidad de cursar grados medios o superiores, que asciende hasta un 80 %, según detallaba anteriormente el director provincial de Educación.
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En el otro lado de la clase, los alumnos opinan parecido. Celia explica que la parte práctica «hacía mucho más amena la enseñanza» y con ella «se entendían mejor los conceptos». Para Raúl, la enseñanza en el grado superior fue «mucho más pragmática y más condensada que en la carrera». Irene, que cursó un grado superior de Enología, suscribe al resto y destaca lo mucho que aprendió, que ahora utiliza en el día a día trabajando en una bodega.
Sin embargo, a pesar de las ventajas que presenta estudiar un grado medio o superior, tanto para los profesores como para los estudiantes, es una opción que muchas veces está marginada y no se promociona en el instituto.
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«Nunca te hablan de esa alternativa, y si te hablan señalan que con ello no puedes llegar a nada», explica Alba, que ha hecho un grado superior de Fotografía. A Celia le pasó lo mismo: «Se centran en la selectividad y en la universidad. A mí nunca me hablaron de grados, me informé yo sola a través de internet».
Asimismo, Irene pone en valor los estudios de grado y admite que «tanto una carrera como un grado es igual de válido», destacando la alta empleabilidad que tienen estos estudios. En el caso de Raúl, su experiencia es similar a las anteriores, aunque él vio la oportunidad del grado superior por su hermana, que «entró así a su carrera también y le fue de maravilla».
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En los últimos años, el número de alumnos que han cursado FP, un grado medio o superior en Burgos ha rondado los 6.000. Respecto a hace una década, las cifras permanecen estables, aunque algunos centros, como la EASD, «ha notado un incremento extraordinario en estos dos últimos años», explica Sánchez.
Asimismo, el jefe de estudios adjunto detalla también la «problemática» de algunos alumnos que abandonan sus estudios. Sin embargo, menciona que es un porcentaje muy bajo y que «la mayoría de ellos acaba titulando».
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