Los alumnos burgaleses de Infantil (segundo ciclo), Primara y Educación Especial comenzarán el próximo 1 de junio el horario reducido de jornada. Y los padres vuelven a levantar la voz contra medida que, a su juicio, no tiene «ninguna argumentación pedagógica ni educativa», atentan contra ... el derecho a la educación de sus hijos y, además, penaliza la conciliación.
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La Federación de Asociaciones de Madres y Padres del alumnado de los centros públicos de enseñanza no universitaria de Burgos (FAMPA) critica que la Junta de Castilla y León siga apostando por este tipo de calendario escolar, desoyendo las quejas de los padres y los acuerdos del Consejo Escolar Regional, pues por segundo año en septiembre también habrá jornada reducida.
El calendario del curso 2022-2023 así lo recoge, después de que el año pasado se recuperase esa jornada reducida de septiembre, que se había retirado en el curso 2017-2018. «Otro año más asistimos como meros espectadores a la toma de decisiones reduccionistas sobre el derecho a la educación de nuestros hijos», apunta la FAMPA en una nota de prensa.
Y es que los padres se quejan de que las decisiones sobre el calendario escolar se toman en una mesa sectorial en la que no están presentas las familias, aun cuando se abordar asuntos importantes para el alumnado y su entorno. «La Administración decide sobre las rutinas de las familias sin aportar la más mínima solución ni ayuda», se lamentan.
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Así, cuando llegan los meses de jornada reducida, los padres tienen que buscar una alternativa para garantizar la conciliación. «Muchas familias tienen que recurrir a personas allegadas para poder solucionar este problema», apunta la federación. Y en no pocos casos son las madres las que «penalizan su actividad laboral para poder conciliar», o toca asumir coste extra por cuidados o comedor.
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FAMPA recuerda que la confederación regional «viene demandando la reversión de las reducciones de horario de los meses de septiembre y junio desde hace muchos años, porque no hay ninguna argumentación pedagógica ni educativa que avale esa reducción. Aquí están atentando directamente contra el derecho a la educación de los niñosy niñas, que es un derecho personal».
De ahí que la federación provincial pida que se «paralice cualquier proyecto oscuro de calendario escolar», que se reviertan las reducciones de horario en junio y septeimbre y, en caso de aplicarlas, que se habiliten medidas para facilitar la conciliación tanto en el medio urbano como en el rural. «El calendario escolar debe mirar por los intereses del alumnado», insisten.
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