Esfuerzo, heroísmo y una pizca de suerte para librarse de la covid-19

El centro concertado María Madre-Politecnos es uno de los 59 centros docentes de Burgos que no ha tenido que cerrar ningún aula por covid-19 durante el curso escolar

Martes, 29 de junio 2021, 08:05

Las aulas se han vaciado. El curso escolar más complicado ha concluido en burgos. Atrás quedan nueve meses muy intensos, en los que el miedo y la incertidumbre han sido compañeros de pupitre. Tres trimestres en los que se ha estado luchando contra la ... covid-19 con el mismo nivel de compromiso que se ha abordado el currículo académico. Y el esfuerzo se ha visto recompensado con un buen resultado.

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En el centro concertado María Madre-Politecnos han podido, por fin, respirar tranquilos. Pese a los momentos tan difíciles vividos, con una segunda ola muy dura en la capital, no han tenido que cerrar ninguna de sus aulas por contagios covid. En Burgos, han sido 408 las aulas que se han puesto en cuarentena durante el curso escolar, una mínima parte de las alrededor de 3.0000 que hay en toda la provincia.

Además, 59 de los 163 centros docentes (públicos y concertados, de todos los niveles incluidos los adultos) se han librado de las cuarentenas. No es que no hayan tenido casos positivos entre su alumnado, eso es imposible, sino que el virus no ha entrado en los grupos burbuja y, en el resto de las aulas, los contagios han sido controlados sin requerir de medidas drácticas.

Y el María Madre es uno de esos centros sin aulas en cuarentena. «Hemos tenido suerte», reconoce su directora, Ana Boadas. Los contagios se han producido en fines de semana o periodos vacacionales, por lo que no han salpicado al centro escolar, aunque también han tenido algun sustillo durante estos meses. Sin embargo, insisten en que el protocolo de Educación ha funcionado, que han contado con una gran implicación de profesores y padres, y con un compromiso total del alumnado.

«Los grandes héroes han sido los niños, porque han asumido desde el minuto cero que tenían que llevar la mascarilla o mantener la distancia de seguridad«, reconoce. Han sido ellos los que han molestado en ventilar las aulas, aunque el tiempo no acompañase (»se ha pasado mucho frío«, asevera Boadas), y cuando han tenido que compartir algún material escolar, han pedido que se lo devolvieran desinfectado.

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Si hablamos de los más mayores, tanto adolescentes como los adultos de la Formación Profesional, no solo han cumplido con las normas sino que también han realizado propuestas para mejorar los protocolos. Esa ha sido también una de las claves del éxito en María Madre, porque errores han cometido, como todo el mundo, pero han sabido enmedarlos, aprender de ellos y, también, anticiparse a los fallos.

Un inicio de curso «horrible»

En María Madre, que cuenta con 872 alumnos, 67 profesores y 12 PAS (personal de administración y servicios), aseguran que el primer trimestre fue «horrible». A la incertidumbre propia de la vuelta a las aulas en una situación excepcional se sumó una virulenta segunda ola. La principal preocupación de Ana ha sido siempre proteger a los grupos burbuja y a los adolescentes, el grueso de su alumnado.

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En el centro educativo se han seguido las instrucciones de Educación, con una reorganización de las aulas, la señalización de recorridos, protocolos de actuación... También han realizado un esfuerzo importante para reforzar la limpieza, con la contratación de dos personas extra, lo que ha supuesto detraer recursos de Formación Profesional para cubrir esos nuevos gastos.

En el comedor, para seguir atendiendo a los alumnos becados, se han reorganizado las mesas por unidades familiares o por grupos de convivencia. Y, luego, ha habido mucha resposabilidad por parte de toda la comunidad educativa. «Creo que hemos reñido todos cuando hemos visto algún comportamiento anómalo», admite Ana, alumnos y profesores, sin tener en cuenta niveles, edades o grados.

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«Una gran implicación de profesores y familias, una buena organización, las pautas de la Dirección Provincial de Educación y un pelín de suerte« han sido las claves del éxito. Y que se van a replicar en el próximo curso escolar. Se mantienen las mismas instrucciones y protocolo, aunque el María Madre ampliará instalaciones con dos aulas para estar prepadado para cualquier eventualidad.

Lo digital, un apoyo

Ana Boadas, junto con el equipo directivo y los profesores, están preparando ya e nuevo curso escolar. La pandemia les ha forzado a una reconversión a la era digital, que les sirve como apoyo a la tarea diaria pero nunca como sustitución de la educación presencial. Alumnos y profesores estaban desando volver a las aulas, admite Ana, porque no se aprende igual a través de una pantalla que en vivo y en directo.

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Donde más cambios han tenido que introducir por culpa del virus ha sido en la formación profesional, en la que las prácticas y los talleres son fundamentales. Se han reorganizado grupos, se han suprimido algunas prácticas (o se han limitado), pero ahora se confía en que, con la vuelta a la normalidad que trae la vacunación, también la formación profesional pueda recuerar sus señas de identidad.

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