80 alumnos afectados por las inundaciones en la escuela infantil Santa María la Mayor de Burgos

Y sí, fue el martes por la mañana cuando se desbordó una situación insostenible desde septiembre. Fue la gota que colmó el vaso. Esa jornada los padres que dejan a sus hijos en el programa Madrugadores de la Junta se encontraron con que, sobre las 9 horas, se les pedía llevarse a sus hijos a casa. El centro, ante el estado de las aulas con inundaciones, goteras y humedades, decidió que no se podían usar para acoger a los alumnos. «Muchos nos tuvimos que llevar a los niños a casa, pero después, sobre las 9.30 horas, se nos avisó desde el centro que solo en caso de extrema necesidad, se podía dejar a los niños», confirma una representante del AMPA. «Lo que nos ofrecían era un salón común con los alumnos separados por edades, pero en la misma sala, y solo con asistencia. Esto es una escuela infantil, no un 'aparcaniños'», lamentan.

Esta estampa la relata la AMPA de la escuela infantil, que ha criticado la demora de las obras del centro burgalés, así como los problemas ocasionados para todos los alumnos. Los últimos, cortocircuitos por las filtraciones.

Todo empezó en el mes de abril, cuando se anunció el cambio de la cubierta. Se esperaba que esas obras se acometieran en verano, pero no fue así. Se iniciaron el 1 de septiembre, «ocho días antes de que los niños fueran a clase», apuntan desde la AMPA. «Hemos estado aguantando ruidos, polvo y todo lo que conlleva la obra de un tejado. Al principio dijeron que no iban a hacer ruido durante las horas de siesta, luego no ha sido así», continúa.

Esta situación ya la denunció el sindicato CSIF el mes pasado, exigiendo a la Dirección Provincial de Educación que tomara una decisión. «Tenemos incertidumbre porque los padres no podemos entrar al centro debido a las medidas covid, por lo que no sabemos las instalaciones en las que se están desarrollando las clases de nuestros hijos. Salen los profesores, nos recogen a los niños en la puerta y allí nos los entregan», recalcan.

Ante la negativa de acceder a las aulas, los padres también solicitaron fotografías del estado de las clases, pero se encontraron con la negativa de la dirección. «Dicen que no es competencia suya. Ahora hemos sabido que los niños han estado un mes con humedades, goteras... Esto nos lo cuenta el profesorado, como ya explicó CSIF, porque ellos también están en una situación complicada», afirman los padres.

Desde la Consejería de Educación aseguran que no se han tenido que suspender las clases y los 80 niños afectados han sido reubicados «en otros espacios». Y todo ello «desarrollando la actividad de forma normalizada», afirman desde la Junta, que aún no pone fecha para la finalización de las obras. «Se trabaja para terminar con los inconvenientes lo antes posible. Y hasta entonces se intentan realizar las actuaciones más ruidosas o molestas fuera del horario lectivo», concluyen.

Versión que choca con la de los padres, ya que afirman que no están tenido clase lectiva estos días. «El director nos dijo que podíamos dejar en la escuela a los niños que, por determinadas causas, no se podían quedar con sus padres. En el centro estarían separados por edades, pero todos en un mismo salón. Además, esto sería de manera únicamente asistencial. No se trata de que en una escuela infantil solo se presta asistencia, esto no es un aparcaniños», finalizan los padres, que exigirán la devolución de las cuotas de estos días.

La empresa lamenta la situación actual, pero explica que ellos han comenzado las obras cuando han sido llamados. Aclaran que están siendo diligentes y han aumentado los horarios y los días de trabajo para poder finalizar cuanto antes. Se trabaja los sábados y con un horario más amplio para concluir antes de lo previsto. Añaden que se están organizando en función del horario del centro y que han programado las labores para intentar molestar lo menos posible.