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Cecilia Cuerdo
Sevilla
Martes, 28 de abril 2020, 19:16
Tractores en mitad de una playa semi salvaje fumigando con lejía para garantizar los primeros paseos de los niños tras semanas de confinamiento. Este fue el paisaje que se encontraron algunos vecinos el pasado domingo en Zahara de los Atunes (Cádiz).
Se trataba de una ... iniciativa promovida por la asociación de comerciantes y las autoridades municipales que, sin embargo, no contó con autorización sanitaria o ambiental y que ya ha sido denunciada por las asociaciones ecologistas ante la administración regional, que se plantean también acudir a los tribunales por el «brutal daño» causado al ecosistema en plena época de cría de aves.
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La propuesta partió de los comerciantes y la Junta Vecinal que rige la entidad local autónoma de Zahara, que pensaron que podía ser una buena medida para dar seguridad a los pequeños frente al coronavirus en sus primeros paseos, usando para ello los mismos tractores que días atrás habían fumigado las calles de esta localidad turística.
No obstante, el responsable de la Junta Vecinal, Agustín Conejo, ya ha tenido que reconocer que fue «una actuación equivocada», y que fumigaron la playa con «la mejor intención» de proteger a los menores para que pudieran pasear junto al mar.
Conejo ha tenido que hacer frente a un aluvión de críticas, algunas de ellas desde la propia Junta de Andalucía, que tuvo que mandar un agente de Medio Ambiente para valorar lo ocurrido tras conocer que se actuó sin pedir la pertinente autorización sanitaria o ambiental. «¿Cómo se puede fumigar una playa? ¿Están pensando en lo que están haciendo? A veces es difícil de entender algunas conductas avaladas por responsables políticos», lamentó el responsable provincial andaluz, Daniel Pérez. Se sumaba así a las protestas de colectivos como Greenpeace, que ironizaba diciendo que el uso de la lejía en la playa «no es sólo una de las ideas de Trump, está ocurriendo en Zahara de los Atunes».
El coronavirus en cifras
Desde la asociación de voluntarios ambientales Trafalgar califican lo ocurrido de «atentado ecológico», ya que recuerdan que las playas se encuentran en plena fase de cría de aves. «La lejía se usa como un desinfectante potentísimo, es lógico que se use para desinfectar las calles y el asfalto, pero aquí el daño ha sido brutal», explica su portavoz, María Dolores Iglesias.
Tras obtener un permiso de la Guardia Civil para salvar el confinamiento, explicó que recorrió la zona afectada «y ha matado todo en el suelo, no se ve nada, ni siquiera insectos». También encontraron un nido con huevos de chorlitejo patinegro, que anida en la arena, entre las huellas de los tractores, que arrasaron además con la zona dunar para poder acceder a la playa.
Iglesias subraya que, tras 40 días sin intervención humana, y gracias a las mareas y las intensas lluvias de hace unas semanas, el paraje estaba repleto de actividad. «La playa tiene su propia forma de autolimpiarse, no hacía falta», reprocha, lamentando que «no piensan que esto sea un ecosistema vivo, sino un montón de tierra». «Ha sido una auténtica locura contra la playa», insiste, asegurando que además se trata de una playa alejada del casco urbano de Zahara, con lo que la propuesta tenía menos sentido aún al estar fuera del perímetro posible de movilidad.
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