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Se duplican los intentos de suicidio y las autolesiones entre adolescentes

Los problemas mentales copan una de cada tres peticiones de auxilio de los chicos a los teléfonos de ayuda, con la adicción a pantallas y los trastornos alimentarios entre los más destacados

Jueves, 28 de abril 2022, 16:42

«He tenido muchos problemas. Estoy deprimida. Ya he intentado suicidarme cuatro veces. Cada vez me cuesta más pensar en motivos para seguir viva». Es la llamada de auxilio de una adolescente de 14 años. Es una de la 2.709 chicas y chicos que ... el año pasado contactaron con los psicólogos de la Fundación Anar para confesarles que han intentado quitarse la vida o que lo meditan muy seriamente.

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La cifra estremece. Pero si se toma una referencia aún es peor. Son más del doble de los jóvenes que un año antes marcaron el número o entraron en el chat de la ONG que gestiona los principales teléfonos españoles de ayuda urgente a la infancia. «Es un hecho alarmante», advierte Benjamín Ballesteros, director de Programas de Anar. Lo dice por el tremendo aumento (90,9%) en doce meses, pero también porque el alud de gritos de auxilio pulverice todos los registros pese a que en 2020 ya se dispararon las llamadas por ideaciones suicidas. En el año uno de la pandemia 14 niños y 300 adolescentes y jóvenes se quitaron la vida, duplicando el dato oficial de 2019.

Las autoridades deben tomarse muy en serio las alarmas, porque se trata de una tendencia en constante ascenso desde hace más de una década, avisa Ballesteros. Desde 2009, cuando Anar ayudó a 195 chicos que amenazaba con quitarse la vida, hasta hoy las peticiones de auxilio graves, las que obligan a pedir la intervención de especialistas, policías y sanitarios, según los casos, se han multiplicado por 19, han crecido un 1.779%.

La Fundación Anar alerta de que los ataques sexuales en manada y los casos de jóvenes narcotizadas para poder abusar de ellas «no son ya fenómenos aislados»

Es un fenómeno paralelo al de las autolesiones, un mal muy frecuentes en chicos que suelen encaminarse hacia las ideaciones suicidas. El año pasado Anar ayudó a 3.200 adolescentes que se cortaban, arañaban o quemaban en zonas de su cuerpo ocultas de la mirada de los adultos como válvula de escape de su ira, miedos o frustraciones. Es una autotortura muy contagiosa entre los jóvenes y que se impulsa y se propaga desde algunos perfiles y chat de las redes sociales. Fueron más del doble de las peticiones de auxilio de 2020 pese a que en el ejercicio pasado ya había batido los récord previos. Al igual que con el suicidio, es una tendencia «muy preocupante» que no ha parado de crecer en más de una década. Hoy hay 56 veces más niños que se autolesionan que en 2009. El esfuerzo de la red de ayuda de Anar salvó en 2021 la vida a más de 4.500 adolescentes con su vida en riesgo, unos doce cada día.

El crecimiento incontrolado de de las ideaciones suicidas y las autolesiones se enmarca dentro de un «preocupante» incremento de los padecimientos mentales entre adolescentes, un problema agravado por la pandemia y que ya supone una de cada tres llamadas a la ONG, con un aumento en los últimos doce meses del 54,6%. A lo anterior se suma una escalada de los trastornos alimentarios y del duelo –que se han duplicado–, así como una subida del 41% de la adicción a pantallas, seguida de cerca por ansiedades y depresiones.

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Hogares en precario

Ballesteros enmarca este enorme deterioro en la soledad derivada del refugio en la tecnología en detrimento del ocio con amigos, que a su vez acarrea más exposición a la violencia y el 'ciberbullying', en la escasez de comunicación con los adultos y en el aumento de violencia, abusos y conflictos en unos hogares dañados por una fuerte incidencia de los problemas psicológicos.

Anar ha detectado también fuertes aumentos del maltrato infantil –«que es más grave, duradero y frecuente»–, de la violencia de género en adolescentes –una lacra que se ha multiplicado por diez desde 2009– y de los abusos sexuales. Sobre este último apartado Ballesteros destacó los ataques en manada –que ya son el 10% de los casos– y el uso de drogas para doblegar la voluntad de la chica. «Estamos muy preocupados. Han dejado de ser fenómenos aislados», avisó.

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