El exnovio de Juana Canal, la vecina del barrio madrileño de Ciudad Lineal desaparecida en febrero de 2003, ha sido detenido este miércoles en Torrejón de Ardoz como principal sospechoso del crimen de la mujer de 38 años y madre de dos hijos.
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La Policía ... Judicial, con la autorización del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número tres de Ávila, procedió al arresto de Jesús para su posterior traslado a la finca familiar ubicada en el pueblo de Navalacruz y estar presentes en el registro. Los investigadores están convencidos de que en ese terreno podrían hallarse nuevas pruebas del homicidio tras el hallazgo de restos óseos de Juana a tan solo dos kilómetros de ese lugar montañoso.
El minucioso trabajo de un operativo conjunto formado por Policía Nacional y Guardia Civil, compuesto por más de 60 agentes que desde el pasado 17 de octubre han peinado ese paraje abulense tras confirmarse en septiembre que los restos aparecidos eran de Juana, según las pruebas de ADN, ha finalizado con la detención de su pareja de entonces. Jesús está hoy casado, tiene hijos y reside en la localidad madrileña de Fuente el Saz de Jarama.
Las prisas por tener armado el caso y apuntar a la responsabilidad del detenido se deben a la proximidad de la prescripción de estos hechos, ya que el próximo febrero se iban a cumplir 20 años de la desaparición -en teoría voluntaria- de la mujer de su casa de Madrid, donde vivía con Jesús y con sus dos hijos. Ahora que el reloj de la prescripción se ha detenido con el arresto y, a la espera de que el imputado pase a disposición judicial en las próximas 72 horas, los investigadores tienen plena confianza en encontrar pruebas definitivas en la propiedad suya de Navalacruz.
Aunque las pesquisas se han precipitado en los últimos diez días, el trabajo de campo comenzó en realidad en 2019, cuando unos senderistas se encontraron de forma ocasional con restos humanos en una pista a dos kilómetros de Navalacruz y dieron parte a la Guardia Civil. De lo contrario, este caso hubiera acabado previsiblemente archivado al cumplirse dos décadas en febrero de 2023. Por este motivo, los investigadores llevan trabajando con estos restos desde entonces, pero su vinculación con la desaparición de Juana no se ha confirmado de forma definitiva hasta este año.
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El detenido siempre ha estado en el punto de mira por su versión de la huida voluntaria de Juana, que padecía una depresión cuando ocurrieron los hechos y al parecer tuvo problemas de adicciones. Jesús llevaba saliendo con ella dos años y ambos vivían en un piso alquilado de la calle Boldano de Madrid, semiesquina con la de Alcalá. Los hechos ocurrieron el 22 de febrero de 2003, aprovechando, presuntamente, que esa noche ambos se quedaron solos, pues el hijo mayor de Juana, Sergio, pernoctó en la casa de unos tíos.
Cuando regresó, el joven, que por entonces tenía 19 años, atestiguó que no había nadie en la casa. Su madre había desaparecido, sin llevarse el bolso, la cartera o el móvil, algo que siempre ha extrañado a los investigadores. Además, Jesús había dejado una nota manuscrita en un papel usado, informando de que habían discutido y que ella se había marchado. Él aseguraba en la misiva que había salido a buscarla.
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«Sergio, hemos vuelto a discutir y tu madre (ha llamado a la Policía y todo) se ha tomado un montón de pastillas y se ha ido. Ha habido un momento en que se ha quedado muy 'grogi' (sic). Me ha amenazado con beber. Me voy a buscarla», decía el escrito.
A finales de 2019, aunque la información no trascendió hasta principios de este verano, una pareja de senderistas encontró una tibia y un trozo de cráneo en un paraje entre los municipios de Navarredonda y Navalacruz, en Ávila, a algo más de 100 kilómetros de Ciudad Lineal.
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El ADN confirmó en un primer momento en enero de 2020 que era de Juana Canal y ahora ya no había dudas de que era ella tras hallarse nuevos restos en el lugar: varias piezas óseas más y alguna ropa que, a la espera de los análisis del laboratorio, se sospecha que son de la misma víctima.
La hipótesis principal es que la víctima fue asesinada en su piso en Madrid y posteriormente su cadáver fue trasladado a la provincia vecina por el propio detenido, que dejó pasar el tiempo y rehízo su vida con la esperanza de que prescribieran los hechos.
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