J. M. L.
Toledo
Martes, 21 de noviembre 2023, 11:37
Un estudio de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha revelado la presencia de bacterias resistentes a los antibióticos en el río Tajo. En este trabajo se ha estudiado la presencia de bacterias multirresistentes a antibióticos en el río a través de cuatro muestreos ... realizados en 19 puntos a lo largo del tramo medio de la cuenca de este río.
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En concreto, para evaluar esta resistencia se seleccionaron cuatro fármacos como representantes de las principales familias de antibióticos que existen: ampicilina, doxiciclina, sulfametoxazol y ciprofloxacina.
Los resultados obtenidos han puesto de manifiesto que hay diferencias notables en las concentraciones de microorganismos así como en los porcentajes de resistencia detectados para cada antibiótico. Así, el estudio ha confirmado que la resistencia antimicrobiana es significativamente mayor en verano debido a varios factores: hay un mayor consumo de antibióticos, la temperatura del agua sube y el caudal del río también aumenta. Todo ello genera una mayor presencia de antibióticos en aguas superficiales relacionándose este dato directamente con una mayor aparición de bacterias resistentes. También se ha observado un aumento de microorganismos resistentes a los antibióticos en aquellos puntos donde la presión antropogénica es mayor, es decir, donde se concentran las estaciones de depuración de aguas residuales.
Este trabajo pone de manifiesto la gran variabilidad microbiológica que presenta el río Tajo y demuestra cómo los ríos «pueden llegar a ser un punto crítico en la aparición y diseminación de resistencia microbiana a los antibióticos, un problema que se detecta a nivel mundial y que tiene sus efectos en la salud humana y animal y en el medio ambiente», según subraya Susana Seseña Prieto, del departamento de Bioquímica de la UCLM, que ha dirigido este trabajo de investigación.
La presencia de estas bacterias resistentes a los antibióticos en el Tajo viene a sumarse al problema de contaminación que desde hace décadas sufre este río en sus aguas. Otro reciente estudio de la UCLM contabilizaba cerca de 3.500 incidencias en el río –por actividades y usos del ser humano- que incidían directamente en la calidad del agua. Incidencias como vertidos autorizados y no autorizados o la cercanía de explotaciones agrícolas y ganaderas y de graveras.
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Aunque la mayor parte de estos problemas se detectaron en la Comunidad de Madrid, el estudio descubrió que a lo largo de 23 kilómetros del Tajo a su paso por Toledo identificaron 26 vertidos -más de uno por kilómetro-, de los cuales sólo 10 estaban autorizados por la Confederación Hidrográfica del Tajo y que incluso habían creado una «isla de vertidos«» en puntos del cauce.
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