António Guterres: «No estamos aquí para encontrar excusas»

«Los principales países emisores tienen compromisos graduales e interesantes, pero no alcanzan la transformación profunda de su forma de producir energía, de su industria, de su construcción y movilidad, sin los que los objetivos definidos por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático no se lograrán», asegura Guterres. «Espero que estos países den un paso adelante hacia la neutralidad de carbono en 2050». Las acciones concretas que podrían decidirse en la COP25 serían: asumir compromisos para poner un precio al carbono, retirar los subsidios a los combustibles fósiles «donde se gastan trillones» de euros, reformar los impuestos al carbono y cerrar las centrales de producción eléctrica de carbón a partir de 2020.

La otra gran meta es humanitaria: encontrar «soluciones prácticas que garanticen un aumento significativo de los recursos para los países en desarrollo en materia de adaptación y respuesta a los impactos del cambio climático», pide Guterres. «Es muy importante que la COP25 reconozca que los países en desarrollo ya están sufriendo ese impacto y sean apoyados en el combate de los desastres naturales y la recuperación después de estos desastres». Son siete millones de personas las que hoy se encuentran desguarnecidas ante la crisis planetaria y requieren, ellos y la transición de una «energía gris a una verde» casi 100.000 millones de euros al año, calcula la ONU.

«Es fundamental para el mundo ir en línea con la comunidad científica», dice Guterres, que sin embargo en Madrid critica la «falta de voluntad política» para lograr la hoja de ruta, apoyada por la tecnología, que evite un calentamiento superior a 1,5º centígrados. Ante todo, destaca un «mensaje esencial»: «Durante muchas décadas la especie humana ha estado en guerra con el planeta y el planeta ahora contraataca. Tenemos que dejar de luchar contra la naturaleza y la ciencia nos dice que es posible».