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Hacen deporte, esquivan los vicios, cultivan el compañerismo, aprenden a enfrentarse a la frustración, idean estrategias... El flag football o 'futbol de bandera' ha sido todo un descubrimiento para los usuarios de Aspanias Burgos, que hace un año crearon un equipo de esta modalidad ... de fútbol americano que se caracteriza por la ausencia de contacto. Aquí no hay placajes.
La idea partió de Samuel Arnaiz, profesor del centro ocupacional de Aspanias y un amante del deporte, en concreto, del fútbol americano y el rugby. En plena pandemia de la covid-19 buscaban una actividad que se pudiera realizar al aire libre y que, además, no exigiera contacto. Y el flag football se adaptaba a sus necesidades, siendo además sencillo en cuanto a la técnica.
Y así nació el primer equipo de flag football inclusivo, que lleva por nombre Burgos Corzos. Está compuesto exclusivamente por personas con discapacidad intelectual, lo que les convierte en pioneros. No hay ningún otro equipo de estas características en España, y eso que la comunidad de flag football es muy numerosa, recuerda Arnaiz.
Además, no solo es un equipo inclusivo, sino también mixto, tiene jugadores y jugadoras. «Incluso en las categorías superiores», apunta el profesor-entrenador, pues es otra de las características de esta modalidad deportiva. Así, Burgos Corzos está formado por 15 jugadores, usuarios del centro ocupacional de Aspanias, y abierto siempre a la incorporación de nuevos miembros.
Llevan un año entrenando, en un terreno preparado en sus instalaciones de Quintanadueñas. «Tiene las medidas oficiales», explica Arnaiz, pero le falta hierba y adecentarlo, así que están pensando ya en alguna iniciativa para recaudar fondos o pedir algún tipo de ayuda que sufrague la inversión. Sería una de las mejores maneras de conseguir el objetivo que buscan: crear una competición.
La meta es poder competir, pero para ello es necesario que haya otros equipos, que hayan sido los pioneros pero no sean los únicos. De ahí que estén haciendo contactos para ir a presentarse a otras asociaciones y se ofrecen a formar a futuros jugadores. Todo para conseguir arrancar una liga burgalesa y, de ahí, al ámbito nacional. Crecer, avanzar, siempre hacia adelante, como el balón.
Y es que este concepto es muy importante. El entrenamiento de flag football es deporte y educación. Y si además los participantes pudieran presentar lo que hacen a otros colectivos, formarles, se avanzaría mucho en términos de inclusión. Y contribuiría, como lo hace el propio juego, a aumentar la autoestima de los usuarios de Aspanias, quien están deseando contar su experiencia.
«Es estimulante, nos motiva», asegura Sicilia, uno de los jugadores. En su caso, le ayuda a correr, que es algo que necesita pero le cuesta mucho. A Pedro le ayuda a no pensar en el tabaco, pues tiene el vicio de fumar. Gusta el juego en el campo, el pasar el balón, el recibirlo, hacer un touchdown, marcar. También la parte de estrategia, el idear tácticas, diseñar rutas... Es muy completo.
Y, lo mejor de todo, nada peligroso. Aquí no se corren los riesgos del fútbol americano o el rugby, porque no hay placajes, Juegan cinco contra cinco. El center saca el balón, que se pasa entre los jugadores de ataque con el objetivo de llegar a la línea de touchdown. La defensa intenta parar la jugada y... ¿cómo? quitándole la cinta (bandera) que lleva el jugador que tiene el balón. Sin placar.
«Las reglas son supersencillas», asegura Samuel Arnaiz, pero no por eso el juego carece de motivación. Hay muchas tácticas y «el techo es muy alto». Por ese motivo, cuando no se puede entrenar porque lo impiden las condiciones meteorológicas, hay clase en el aula. Visionado de partidos, preparación de tácticas y técnicas, diseño de rutas... Es ir avanzando.
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«Lo bueno de este deporte es que lo puede jugar cualquiera, sean cuáles sean sus condiciones físicas y su edad». El mayor del grupo es Sicilia, con 42 años, y el más pequeño tiene 28, que es Pedro. En función de las condiciones físicas de cada uno se le asigna una posición y... a entrenar, dos días a la semana. El ambiente es muy bueno, con los típicos piques deportivos, pero con mucha ilusión.
Quieren convertirse en una referencia, en Burgos y más allá, para que otros colectivos se animen y creen su propio equipo inclusivo de flag football con personas con discapacidad intelectual. Lo primero es asentar una comunidad en Burgos, la primera, y a partir de ahí ir creciendo. Los interesandos, pueden contactar con ellos en burgoscorzos@gmail.com. Tienen las puertas abiertas.
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