«El coronavirus es una bofetada que nos ha dado la naturaleza, una cura de humildad»

Por ese motivo, la radiooncóloga del Hospital Universitario de Burgos ha hecho un llamamiento por Twitter para que todo aquel que tenga alguna duda, una consulta o una inquietud médica pueda planteársela. Está abierta a recibir mensajes a través de Twitter (preferentemente por mensaje directo), pero sobre todo por correo electrónico, «que es la forma más serena», reconoce. Aun así, Virginia Ruiz es una firme defensora de todo lo bueno de las redes sociales y tiene abiertas sus cuentas, incluida Instagram, y el blog para cualquier interacción social.

«Cualquier crisis sanitaria es una oportunidad, y esto es una crisis sanitaria», afirma. Así que si su servicio público puede ayudar a descongestionar el sistema sanitario, estupendo. Las consultas relacionadas con oncología, y también con medicina general, las podrá resolver sin problemas. Las que tengan que ver con otras especialidades médicas, intentará darles también salida, aunque sea con una entrada en el blog que aglutine las dudas más frecuentes. Es una cuestión de responsabilidad social, afirma, «ya no me lo cuestiono; por eso elegí esta profesión, para ayudar a la gente».

De ahí que tampoco descarte anunciarse en su vecindario, para que todos sus vecinos sepan que es médico y que pueden llamar a su timbre con una consulta para evitar saturar las líneas telefónicas. Y, mientras, seguirá escribiendo en su blog. «Estamos en una situación de emergencia», recuerda la doctora Ruiz, y hay que poner al servicio de la gente todas las herramientas con las que se cuente. Y eso incluye también al Hospital Universitario de Burgos que, como otras muchas administraciones, a veces peca de exceso de celo burocrático.

Virginia Ruiz tiene muy claro que «el coronavirus es una bofetada que nos ha dado la naturaleza, una cura de humildad» y tenemos que extraer una lección de lo que estamos viviendo ahora, mucho más allá del ámbito sanitario. Como médico del HUBU, como sanitario, reconoce el miedo constante, al contagio y a contagiar. Por ese motivo, en su casa extrema al máximo las medidas higiénicas y de protección. No obstante, reconoce que «estar alerta las 24 horas del día es tan agotador que es lo que más le está costando», mucho más que cualquier sobrecarga física de trabajo.

Ella continúa atendiendo a sus pacientes, pues oncología no es una especialidad que admita retrasos o aplazamientos, y también le preocupa mucho la situación de los mismos (tratamientos, operaciones, pruebas diagnósticas). De ahí esa ventana abierta a través de las redes sociales, para que pregunten, se desahoguen y, sobre todo, no se queden con una duda que les come la cabeza. Por el momento, está recibiendo más consultas de Latinoamérica que de Burgos. También contactos de China, ofreciendo suministros, o de Italia, de médicos preguntando cómo estamos, pues se ha generado una corriente de solidaridad entre ambos países.