COP25 Madrid: Una decepción para la ciencia y el medio ambiente

España ha adquirido, alojando esta COP25 Chile-Madrid un inesperado protagonismo en la lucha contra el Cambio Climático y por el Desarrollo Sostenible, en un momento clave en el que son urgentes las medidas decisivas por la transición ecológica y energética, y en que amplios sectores sociales y científicos exigen acciones contundentes ante la situación de emergencia climática que vive el planeta. El papel jugado por las delegaciones españolas ha sido, en general, bien valorado y la sociedad española ha visto con curiosidad que nuestro país se convertía en el centro de todas las miradas mundiales por un evento ajeno al deporte o a los conflictos en Cataluña.

Sin embargo, las expectativas creadas con la Cumbre del Clima se han visto manifiestamente frustradas. No solo no se han alcanzado ambiciosos acuerdos, de aplicación inmediata, para reducir muy significativamente las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, sino que lo realmente aprobado, son débiles llamamientos para avanzar en generalistas medidas sin concretar contra el cambio climático. Además también se han cerrado aplazamientos en el desarrollo del artículo del Acuerdo de París de la COP21 en lo referido a los mercados de dióxido de carbono, que llegarán como muy pronto y en el mejor de los casos dentro de un año en el seno de la COP26 de Glasgow.

Las reclamaciones de la comunidad científica que, de forma casi unánime, urgen medidas inmediatas para que la temperatura media del planeta no suba más allá de 1,5ºC respecto a la situación preindustrial y el crecimiento del activismo social y ecológico a favor de un cambio de modelo climático, energético, económico y social, se han topado de bruces con la realidad de un contexto político cada vez más complicado y enrarecido. Los grandes países emisores como China y Estados Unidos, han rechazado cualquier compromiso, mientras que otros actores importantes como Brasil, Rusia o India también han jugado en el equipo contrario a cualquier tipo de acuerdo. Solo la Unión Europea tiene la solidez, entidad y credibilidad suficiente para liderar la lucha contra el cambio climático, pero desgraciadamente su debilidad estructural, su falta de liderazgo, el crecimiento de los populismos negacionistas o el brexit han impedido que pueda jugar ese papel.

Mientras el mundo no hace nada y se posponen irresponsablemente hasta los acuerdos más nimios, los informes científicos son cada vez más rotundos y contundentes, apuntando a otro record de temperaturas en 2019. Las emisiones de dióxido de carbono marcarán otro máximo histórico este año y los impactos del cambio climático sobre el medio ambiente, la biodiversidad, la salud de las personas y las sociedades más amenazadas serán en muchos casos extremos.

Desde la responsabilidad que confiere el haber participado directamente en las sesiones científicas de la Cumbre en su jornada de inauguración, en representación de los proyectos contra el Cambio Climático que lidera la Universidad de Burgos, es ciertamente doloroso ver como la cumbre de la COP25, que llegó a Madrid en un momento clave, haya desaprovechado el tiempo de descuento, en que estamos jugando, para que la adopción de importantes cambios en las políticas ambientales, sociales y energéticas en todo el mundo, que nos permitan poder llegar a tiempo de evitar los efectos más destructivos y perversos del calentamiento global. Nuevamente, hemos dejado pasar el tren de dar un paso significativo en la lucha por la descarbonización de la economía y de una transición energética justa, a nivel social y a nivel planetario.

El planeta, desgraciadamente, se encuentra sin líderes de altura, sin grandes valedores, papel que en su momento jugó Al Gore. Ante esa carencia, vuelve la vista esperanzada y utópica hacia los representantes de los movimientos juveniles, con la activista Greta Thunberg a la cabeza, que han sacado los colores a los líderes políticos y económicos, cuya pasividad en la lucha contra el calentamiento no está a la altura de la crisis en la que está ya el planeta.

Ciudades, gobiernos, empresas, científicos y ciudadanos, siguen mientras tanto trabajando por un cambio, desde la perspectiva de ver esta apasionante Transición Ecológica y Energética no como una tarea titánica que nos dejará exhaustos, sino más bien como una oportunidad que exigirá inversiones por valor de un billón de euros anuales durante los próximos 30 años (treinta veces el PIB de un país como España). Este hecho nos permitirá construir modelos económicos y relaciones sociales e internacionales, mucho más justos, más sostenibles y compatibles con los límites que presenta nuestro planeta y la naturaleza.

Desde la Oficina Verde de la Universidad de Burgos (UBUverde) cerramos nuestra programación de actividades ambientales de 2019, con una serie de eventos a los que os invitamos a participar:

Jueves 19 Diciembre. 19:00 h. Concierto Música Intimista y Ambiental «Jag Stone». UBUverde te invita a comenzar las fiestas de Navidad con nosotros. Cafetería. Escuela Politécnica Superior (Campus Vena). Av. Cantabria s/n. Entrada libre hasta completar aforo.

Sábado 21 Diciembre. 7:00 h. Excursión ambiental: «Solsticio de Invierno en los dólmenes de La Lora y la Cartuja de Miraflores», con Enrique del Rivero. 18 €. Inscripción en ubuverde@ubu.es

Sábado 21 Diciembre. 11:30 h. Itinerarios de Naturaleza en Parques Urbanos «Solsticio de Invierno en la Naturaleza de los Parques Urbanos de Burgos: El Castillo». Con Noemí Hortigüela. Actividad Gratuita, previa inscripción en ubuverde@ubu.es.

Sábado 21 Diciembre. 17:00 h. Taller Ambiental: «Bioconstrucción y Construcción Sostenible«. Organizan: Ayuntamiento de Belorado y Oficina Verde de la Universidad de Burgos (UBUverde). Centro de Ocio »Parque de la Florida«. Belorado (Burgos). Entrada libre hasta completar aforo.