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Cecilia Cuerdo
Sevilla
Viernes, 17 de mayo 2019, 19:42
Ginés Hernández, más conocido como el expapa Gregorio XVIII de la Iglesia Palmariana de los Carmelitas de la Santa Faz, en Sevilla, ha sido condenado a seis años de cárcel por tentativa de robo con violencia e intimidación y dos delitos de lesiones. El polémico ... personaje, que apostató de su pontificado por amor a una antigua novicia, fue detenido el pasado año cuando junto a su ya mujer saltó la tapia de la basílica de la secta con la intención de recuperar unas pertenencias y se vio sorprendido por dos de los religiosos del recinto. Su pareja Nieves Triviño, por su parte, ha sido condenada a cinco años por los mismos delitos.
El juicio contra la pareja no ha llegado a celebrarse, dado que ha habido acuerdo previo entre las partes en el que, según ha desvelado el abogado de Hernández, éste ha reconocido los hechos. No obstante, ha mantenido que su intención nunca fue atracar el recinto o robar el material de la iglesia, sino recuperar algunas de las pertenencias que dejó atrás cuando abandonó la orden palmariana en abril de 2016.
Ante la falta de antecedentes penales, el titular del juzgado de lo Penal 10 ha decidido suspender la condena de cárcel bajo la condición de que ninguno cometa delito alguno en los próximos cinco años, además de comprometerse a abonar la indemnización de 33.000 euros a los dos religiosos heridos y las multas por un importe total de 3.168 euros en el plazo de un año. De esta forma, el letrado ha confirmado que Hernández abandonará en breve la prisión en la que permanecía encarcelado de forma preventiva desde el pasado verano. Por su parte, el religioso acusado de lesiones a la pareja (propinó una puñalada en el costado a la mujer) ha sido absuelto al actuar en legítima defensa.
El rocambolesco incidente se produjo el pasado mes de junio, cuando dos religiosos que realizaban labores de mantenimiento en las afueras de la basílica de El Palmar de Troya -municipio a las afueras de Sevilla-sorprendieron a dos personas encapuchadas escalando la tapia y se enfrentaron a los supuestos ladrones. La sorpresa fue que los delincuentes eran el antiguo pontífice y la mujer por la que apostató y renunció a sus creencias. Ambos portaban una mochila con bridas y máscaras de payaso y se enzarzaron en una violenta pelea con los religiosos que terminó con los asaltantes en el hospital con heridas de diversa consideración provocadas por las navajas que llevaban.
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