La violación en grupo a la menor de Manresa es condenada como abuso y no como agresión sexual

El caso conocido como 'la manada de Manresa' ya tiene sentencia y, de nuevo, los hechos han sido calificados por el tribunal como abusos sexuales, no como agresión sexual. Con ello, puede volver a producirse la misma discusión que encendió la mecha de las manifestaciones feministas en abril de 2018, cuando la Audiencia Provincial de Navarra condenó por abusos y no por agresión sexual –penado con mayor tiempo de cárcel– al grupo de jóvenes sevillanos que violaron a una joven en los Sanfermines.

Pero este caso es diferente. Y el estado de la víctima es determinante para la calificación de los hechos que ha fijado el tribunal catalán. El matiz está en que la terrible situación vivida por la menor en la madrugada del 29 de octubre de 2016 está recogida como tal por la ley. «Mantener o imponer una relación sexual no consentida cuando no concurren ni violencia ni intimidación y cuando la víctima está privada de sentido» está tipificado en nuestro Código Penal como abuso sexual. Y es lo que sucedió en Manresa.

Según el relato de hechos que recoge el fallo, al que tuvo acceso este diario, cuando la menor quedó inconsciente, Bryan A. se la llevó a una caseta de la zona donde abusó de ella. «No podía ni andar, no sabía ni dónde estaba», dijeron los testigos durante el juicio.

Después, salió a avisar al resto de condenados –Daniel D., Yordanis de J., Walter D. y Maikel P.– para que abusaran de la niña. Los cuatro se dedicaron a penetrarla por turnos. Pero no quedó ahí. Bryan A. y Maikel P. volvieron a abusar de la víctima cuando ya se habían ido los otros tres jóvenes. «Volvieron a agarrar a la niña» para que los «masturbara y les hiciese una felación», recoge la resolución de la Audiencia de Barcelona como hecho probado. Por esto, el tribunal les impone la condena máxima al considerar continuado el delito.

Con posterioridad al día de los hechos, Bryan A. contactó con tres personas antes de que testificaran en el juicio para decirles que no hablaran de lo sucedido en el botellón si no querían tener problemas. Las condenas fijadas por estos hechos oscilan entre los diez y los doce años de cárcel. Dos años más para los dos acusados que repitieron el abuso al considerarse un delito continuado.

Para ninguno de los condenados pasó desapercibido el hecho de que la joven tenía menos de 16 años y de que se encontraba inconsciente cuando la llevaron a la caseta donde la violaron, reconoce el tribunal. En cualquier caso, consideran que no hubo ninguna actitud violenta que sí habría convertido el delito juzgado en una agresión sexual y no en un abuso, como así ha sido finalmente. Dos de los que fueron enjuiciados quedaron absueltos al no quedar acreditada su participación.

La Fiscalía coincidió en sus tesis con el tribunal durante el juicio, pero finalmente en sus conclusiones cambió y pidió que lo sucedido fuese condenado como una agresión sexual. Algo que, como reconoce el tribunal en el fallo, les ha «sorprendido» porque no se argumentó.

En este caso no cabe una interpretación jurídica de lo sucedido, puesto que está penado así por la legislación actual. De ahí que numerosos colectivos, tras los polémicos casos de agresiones sexuales, hayan pedido una reforma del Código Penal que solo recoja la agresión sexual y elimine el abuso como alternativa de menor gravedad en los delitos contra la libertad sexual. Esto fue recogido en un anteproyecto de ley presentado por el Gobierno de Pedro Sánchez, pero la reforma está aún pendiente.