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Una macroencuesta europea acaba de sacar a la luz las enormes dimensiones de una plaga social silenciada aún hoy por el lastre de décadas de cultura machista. Casi cinco millones de españolas confiesan desde la sinceridad que facilita la confidencialidad que en algún momento de ... su vida han sido maltratadas o agredidas por su actual pareja o por alguna de las anteriores.
La investigación, coordinada por Eurostat, la primera que aspira a radiografíar la incidencia y las características de los ataques machistas en los 27 países de la UE, concluye que el 28,7% de las españolas, tres de cada diez, son o han sido víctimas de la violencia de género.
Las preguntas a una muestra representativa de 6.465 compatriotas de entre 16 y 74 años sacan a la superficie la dimensión histórica del problema, pero también la presente. Hasta 735.400 españolas, el 4,4% de las censadas, asegura que las agresiones psicológicas, físicas o sexuales que les infringieron sus compañeros sentimentales se produjeron en el último año.
Primero llegan las humillaciones e insultos, los celos, el control de su vida y sus relaciones, el aislamiento o la asfixia financiera. Esta violencia psicológica la han sufrido más de 4,5 millones, el 27,8%. Pero la mitad, más de dos millones, también sabe lo que son las amenazas graves, las patadas, bofetadas y puñetazos, e incluso las puñaladas, quemaduras o estrangulamientos.
Sin duda uno de los datos más impactantes del trabajo, que ha contado con la colaboración del INE y del Ministerio de Igualdad, es la cuantificación de las mujeres agredidas sexualmente por sus propios novios o maridos. Quizá el aspecto más silenciado de la violencia de género, por la baja percepción de esta clase de agresiones que existe entre las propias víctimas. Casi un millón, 986.201 españolas, admitieron sufrir actos de violencia sexual que el Código Penal describe como violación. Sexo no consentido por miedo, por amenazas, chantajes o a la fuerza, bajo los efectos del alcohol o las drogas o con actividades no deseadas y vividas como humillantes.
La incidencia general de esta lacra es altísima, pero aún se dispara más entre algunos colectivos y grupos concretos.
Un ejemplo es la edad. Las españolas que con diferencia más sufren la violencia de género son las jóvenes. Se confiesan víctimas de sus parejas o exparejas cuatro de cada diez chicas entre los 18 y los 29 años, el 38,4%. Las menos afectadas se supone que son las jubiladas, de 65 a 74 años, con un 19%. Pero todos los expertos creen que es más bien al contrario, pero que son quienes menos perciben o más normalizan este mal por su educación machista y gran vulnerabilidad.
Otros grupos especialmente castigados por la lacra son las mujeres con discapacidad (la mitad víctimas de maltrato) y las mujeres rurales, con adicciones o las extranjeras, con seis puntos más de incidencia de la violencia de género que la media.
Lo que también certifica el sondeo es que se está ante un drama oculto. Solo el 24% de las víctimas españolas acude a la policía y poco más del 16% pide ayuda a los servicios especializados. El desconocimiento, la falta de confianza institucional, la dependencia económica o el miedo a la reacción del agresor explica el mutismo de dos de cada tres.
La macroencuesta no se limita a la violencia machista en pareja. Pregunta sobre el resto de vejaciones y agresiones que sufren las mujeres por el simple hecho de serlo. Una de cada cinco españolas, algo más de tres millones y medio, asegura haber sufrido en algún momento de su vida violencia sexual o doméstica ajena a la pareja, acoso laboral reiterado, violencia en la infancia o acoso sexual. El grado de opacidad de las vejaciones o agresiones es aún mayor que entre novios y matrimonios. Solo se denuncian el 9% de casos y ni el 4% de las víctimas pide ayuda especializada para salir del infierno.
La violencia sexual contra jóvenes o adultas ajena a maridos o compañeros alcanza al 13,7% de las españolas, siendo en su gran mayoría toda clase de tocamientos no deseados. Quienes se consideran víctimas de violaciones rozan sin embargo el medio millón. Sus agresores, el 77% de las ocasiones, son alguien de la familia o un allegado.
El sondeo europeo busca igualmente romper el manto de silencio que oculta el enorme volumen de la violencia sexual contra la infancia en la UE. El 6,8% de las españolas, algo más de 1,2 millones, reconoce haber sufrido ataques a su libertad sexual cuando tenía menos de 15 años, la mayoría entre los 6 y los 14 años. En una buena parte de las ocasiones fueron tocamientos o poses sin ropa obligadas, pero 233.900 de estas mujeres, el 1,3% de las españolas, fueron violadas en la adolescencia, el 92% por un familiar o un conocido.
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