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JOSÉ ANTONIO MUÑOZ
Granada
Miércoles, 19 de mayo 2021, 11:38
De Cristóbal Colón se conocen sus hechos, porque están en los libros, pero se sabe muy poco de su origen. En realidad, para algunos expertos, es el mayor enigma de la Historia. Durante mucho tiempo, y singularmente a partir del siglo XIX, con ocasión del ... cuarto centenario del Descubrimiento de América, numerosos estudiosos bucearon en las fuentes documentales para hallar algo más con respecto a este asunto. Pero no fue hasta la llegada del análisis de ADN (proteína que es el principal constituyente del material genético en los seres vivos), cuando se pudo dar un salto de gigante en el conocimiento de la figura física del almirante. Y en este contexto, el profesor José Antonio Lorente, catedrático de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física de la Universidad de Granada, comenzó a liderar una investigación que, tras casi 20 años de espera, entra en su fase final en este año 2021. Este miércoles se presenta en Granada este proyecto, que será objeto de un documental que Televisión Española tiene previsto estrenar el próximo 12 de octubre, y en el que revelará, en exclusiva, los resultados de la investigación.
Ahora, los restos óseos de Cristóbal Colón que se guardan en la cámara de seguridad de la Universidad de Granada van a salir de nuevo a la luz, y el estudio se completará. ¿Por qué este retraso? Lo explica el profesor Lorente: «En la primera fase de la investigación, consumimos muchos restos enviándolos a diversos laboratorios del mundo (Estados Unidos, Alemania, Italia, España...), sin obtener resultados concluyentes. Por ello, decidimos parar su desarrollo hasta contar con la tecnología adecuada. Han tenido que pasar casi dos décadas para que la tengamos, pero ya disponemos de ella, y es el momento de culminar el estudio que dejamos a medias».
Hace casi veinte años, Lorente dirigió, junto con el Juan Carlos Álvarez Merino y Marcial Castro, un equipo multidisciplinar que logró exhumar el sepulcro del almirante y de su hijo Hernando, situado en la Catedral de Sevilla, y extraer parte de los restos para su posterior estudio. «La verdad es que nunca me había planteado profundizar en este misterio», recuerda el científico, «pero Marcial Castro, estudioso que por entonces estaba destinado como profesor en un instituto de Estepa, me contagió su entusiasmo».
Desde ese momento, iniciaron un trabajo en el que, como punto de partida, nadie pone en tela de juicio el origen italiano del descubridor, hasta ahora mayoritariamente admitido. La investigación se puso en marcha, como recuerda Lorente, porque se quería saber si los huesos que descansan en un espectacular catafalco de la Catedral de Sevilla pertenecían verdaderamente a Colón. Fue esta una investigación, no solo tolerada, sino animada incluso por el propio cabildo catedralicio hispalense, y que contó con la presencia activa del entonces deán, José Mazuelos, médico y hoy obispo de Gran Canaria. De ella se extrajo como consecuencia que los restos sí pertenecían al almirante y así se publicó en 2006.
Numerosos han sido los investigadores que han elucubrado en torno al origen del almirante, y el objetivo de esta fase final de la investigación, para la que será preciso, quizá, obtener muestras de ADN complementarias a las ya existentes, es intentar demostrar alguna de estas teorías, incluyendo entre ellas, como es lógico, el origen italiano.
El profesor Lorente deja claro, antes de que comience la investigación, que esta puede no obtener los resultados que se esperan. «A pesar de que estaremos trabajando desde Granada, Texas, Florencia, Roma y México, con equipos técnicos y de trabajo de primera línea, no sabemos qué puede ocurrir», comenta. En torno a esta investigación, además de miles de mensajes enviados desde las cuatro esquinas del mundo, hay intereses económicos muy importantes, y según afirma el médico granadino, «incluso muchas de las personas que vendrán a exponer sus teorías han manifestado en distintos foros que nosotros teníamos ya resultados concluyentes y que los habíamos ocultado. No tiene sentido: para nosotros, lo más fácil habría sido terminar la investigación en 2005, y vivir de las rentas desde entonces».
Las nuevas técnicas que van a aplicarse en esta fase del trabajo científico incluyen la posibilidad de analizar ADN 'contaminado', es decir, afectado por el tiempo y la adherencia de fosfatos y calcios que se desprenden de los huesos, por ejemplo. La tecnología NG procesa de manera más eficaz los restos, aprovechándolos aunque estos tengan menor calidad y sean menos abundantes. Por todo ello se ha elegido este momento para reemprender la investigación.
El objetivo es ambicioso, porque no basta ya describir lo encontrado, sino que los restos se tienen que poner en relación con otras pistas. Concretamente, en varias de las teorías que se expondrán el próximo miércoles entran en juego posibles parientes o antepasados de Colón, por lo que será preciso exhumar y estudiar esos restos para hallar la conexión familiar.
Paralelamente, queda por desentrañar un aspecto que no fue posible aclarar en la primera parte de los trabajos, cual es la autenticidad de los restos que se muestran en el monumento al almirante de Santo Domingo, en la República Dominicana –y que constituyen una de las principales atracciones turísticas de la isla–. Al respecto, Lorente desvela que después de que se negara el acceso a dichos restos, ahora podrían reactivarse las gestiones diplomáticas para que puedan ser analizados, lo cual probablemente ayudaría en esta fase final de la investigación, dado que en su opinión, están infraestudiados.
«Yo no soy historiador, por tanto, nuestro objetivo es poner en manos de ellos la mayor cantidad posible de los datos objetivos que arrojen los restos, a fin de que sean los expertos en esa materia quienes los interpreten», comenta el científico granadino. En este sentido, destaca que estudios como el realizado en Italia a los naturales apellidados Colombo resultó ser infructuoso, dado que en el país transalpino este es el equivalente al español Expósito, el apellido que en épocas pretéritas se daba a niños sin padre conocido. Por ello, todas las vías están abiertas, sin que se dude de ninguna en concreto.
Comienza ahora una etapa de análisis exhaustivo de los pocos restos que se conservan tanto del almirante como de su hijo Hernando y su hermano Diego. En el caso de Cristóbal, estos ni siquiera se han podido ubicar dentro de su cuerpo debido a su reducido tamaño. Una tarea titánica, hecha además contra reloj.
La jornada del miércoles comenzará a las nueve y media de la mañana en el Hospital Real, con la convocatoria de una rueda de prensa en que participarán el propio doctor Lorente; la rectora de la UGR, Pilar Aranda; Andrés Luque, productor ejecutivo de TVE, y Regis Francisco López, director de Story Producciones, la empresa que se convertirá en la 'sombra' de los científicos durante todo el tiempo que dure la investigación. En ella se presentarán los detalles del proyecto, cuya plasmación televisiva dependerá, como es lógico, del resultado final.
A partir del mediodía, comenzará en la Facultad de Medicina una jornada de presentación de las distintas teorías en torno al origen de Cristóbal Colón, introducida por el doctor Lorente y el profesor Castro. Entre ellas, todas con base histórica más o menos plausible y desde luego, las verdaderas para quienes las exponen, las hay con un anclaje documental, como la que sostiene que fue «genovés de nación y ciudadano de Valencia», y que llevó una doble vida en lo religioso por ser hijo de judíos, o la que afirma que fue navarro de nacimiento, proveniente de un pequeño pueblo que en la época no tenía más de cinco casas, llamado Aínza.
Los orígenes más humildes, como el que le convierte en un aventurero que se embarcó con lo puesto para aprender el arte de la navegación, se mezclan con los más altos. Hay quien le hace nieto de Diego Hurtado de Mendoza, y por tanto, castellano. Otra le convierte en hijo de la princesa portuguesa doña Leonor de Aziz y del noble Don Joao Menezes da Silva, y hay quien, incluso, le convierte en hijo ilegítimo del Príncipe de Viana, pariente de Fernando El Católico y nacido en la isla de Mallorca. Una de origen gallego coloca a su familia en Pontevedra, y hay quien defiende su origen polaco. La huidiza personalidad del marino en este aspecto ha hecho que el misterio prevalezca más de cinco siglos.
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