«El próximo astronauta europeo tiene que ser científico y comunicador, no un superhombre»

Una ventana para ver de lejos la tierra que se cierra el próximo mes de mayo y para lo que «no hace falta ser un superhombre o supermujer», señala a este periódico el doctor Sergi Vaquer Araujo, médico aeroespacial de la ESA. «De hecho, se busca un equilibrio entre las capacidades», añade.

La agencia comunitaria abre su plazo trece años después de la contratación del último astronauta. Y entre los requisitos ya enumerados, los candidatos deben vivir en uno de los 22 países pertenecientes en la ESA y, sobre todo, «ser capaz de trabajar bajo estrés y así tomar buenas decisiones», detalla Vaquer.

Esta nueva hornada serán los encargados de volver a la Luna y quizá llegar a Marte. «Estos astronautas tiene que ser más resolutivos deben conocer y saber hacer ciertas cosas», señala Vaquer. «Si yo les pido desde la Tierra sacar un diente, suturar una herida o hacer un electrocardiograma tienen que saber hacerlo», puntualiza.

Este es uno de los puntos donde la ESA más incide en el entrenamiento que los elegidos realizarán. «Y es un entrenamiento que dura mucho tiempo», destaca el doctor.

El proceso de selección arrancará en octubre de 2022 tras un recorrido de seis fases. Existe también una vacante para el proyecto de viabilidad de parastronautas, destinado a seleccionar a astronautas con alguna discapacidad física, convirtiéndose en el primero en el mundo en contemplar esta opción.

Si durante esta convocatoria se repiten los números de la anterior, los potenciales astronautas tendrán que competir con miles de interesados. Casi 10.000 personas se apuntaron en 2008 para un total de seis plazas.