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No irán a Cabo Cañaveral, pero ni falta que hace. La cuenta atrás no servirá para poner en órbita el último lanzamiento de la NASA sino los globos sonda que los catorce centros educativos han preparado dentro del proyecto de Ciencia Ciudadana Servet, que este ... año alcanza su sexta edición.
Hasta San Mateo de Gállego (Zaragoza) se desplazarán ocho alumnos de la escuela de pequeños científicos 'Espiciencia', de Espinosa de los Monteros. Cuatro chicos y cuatro chicas de entre 12 y 18 años que lanzarán este sábado 14 de mayo a la estratosfera el proyecto científico 'UP: Microbios al vuelo'. El trabajo de un año en el que han estado investigando para crear una cápsula que enviarán a la estratosfera a bordo de un globo sonda.
Esta cápsula subirá hasta los 35.000 metros de altura para recoger datos que posteriormente analizarán en el aula. Bárbara de Aymerich, directora de Espiciencia y a la cabeza del proyecto, explica que el objetivo principal del proyecto de sus científicos es «observar cómo influye la presión, la temperatura y la radiación que hay en la estratosfera en el desarrollo de diferentes microorganismos». «Queremos saber si allí vive alguno, también observar las micropartículas de polvo, polen, esporas y pequeños insectos. Después cruzaremos estos datos biológicos con los datos fisicoquímicos (altura, presión y temperatura)», ahonda.
Para poder llevar a cabo este muestreo, los alumnos de Espiciencia han diseñado «ellos mismos un filtro con un aspirador que va aspirando el aire». «Este filtro va rotando y a diferentes alturas tomará muestras. En los filtros se quedarán las diferentes partículas que vayamos cogiendo a diferentes alturas», explican los integrantes del equipo que añaden que «el mecanismo está hecho con piezas creadas por impresión 3-D de diseño propio». Pero no solo eso, también la placa es de diseño propio. «Esta placa contiene una tarjeta sd para guardar los datos, un sensor de temperatura y altitud y otro sensor de radiación. El dispositivo del proyecto irá dentro de una cápsula de color rojo y amarillo creada con poliexpan para que cuando caiga no se roce y lleva material aislante para proteger la cápsula de las bajas temperaturas, que pueden alcanzar los 70 ºC bajo cero en la estratosfera», analizan los protagonistas.
Cuando los globos de helio que portan los proyectos se eleven hasta los 35.000 metros (tres veces por encima de los vuelos comerciales) explotarán y comenzará el descenso de estas cápsulas, de vuelta a la Tierra. Durante este viaje las cápsulas recogerán los datos necesarios.
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Al recuperar la cápsula esperan recuperar también del filtro diferentes partículas orgánicas e inorgánicas para observarlas al microscopio. «Después de corroborar lo que son las introduciremos en placas de petri para comprobar su desarrollo. Estas placas irán a la estufa para después de 48 horas cruzar los datos con los obtenidos con la tarjeta sd», indican los alumnos.
Bárbara de Aymerich pone en valor el proyecto en el que cada equipo tiene un desarrollo diferente y un objetivo distinto: «Lo importante es que los datos de todos son datos abiertos, entonces si para completar nuestro estudio necesitamos datos de otro equipo podemos acceder a ellos, igual que si ellos necesitan los nuestros. Es un trabajo de todos los centros que participamos, es la base de la ciencia ciudadana, que es totalmente abierta. Y también nos va a permitir conocernos y pasar una jornada de convivencia».
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