Europa Press
Madrid
Martes, 12 de noviembre 2019, 13:30
Un tipo especial de radar, utilizado de manera novedosa, ha revelado huellas invisibles ocultas, y lo que se oculta bajo ellas, cuyo origen se remonta al final de la última Edad de Hielo. Las huellas fosilizadas revelan una gran cantidad de información sobre cómo ... los humanos y los animales se movieron e interactuaron entre sí hace 12.000 años.
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«Nunca pensamos mirar bajo las huellas», afirma Thomas Urban, científico investigador de Cornell y autor principal del estudio, que se ha publicado en 'Scientific Reports'. «Pero resulta que el sedimento en sí mismo tiene una memoria que registra los efectos del peso y el impulso del animal. Nos da una manera de entender la biomecánica de la fauna extinta que nunca antes habíamos tenido», indica.
Los investigadores examinaron las huellas de humanos, mamuts y perezosos gigantes en el Monumento Nacional White Sands en Nuevo México. Utilizando un radar de penetración en el suelo (GPR), pudieron resolver el 96% de las huellas humanas en el área bajo investigación, así como todas las huellas de vertebrados más grandes. Según Urban, la técnica «podría aplicarse a muchos otros yacimientos de huellas fosilizadas en todo el mundo, incluidos los de dinosaurios. Ya hemos probado con éxito el método de manera más amplia en múltiples ubicaciones dentro de White Sands«.
Si bien estas huellas de «fantasmas» pueden volverse invisibles durante un corto tiempo después de la lluvia y cuando las condiciones son correctas, «ahora, utilizando métodos geofísicos, se pueden registrar, rastrear e investigar en 3-D para revelar interacciones de animales y humanos del Pleistoceno, historia y la mecánica de formas realmente emocionantes«, tal y como sostiene el coautor Sturt Manning, profesor de Arqueología.
El GPR es un método no destructivo que permite a los investigadores acceder a información oculta sin necesidad de excavación. El sensor, una especie de antena, se arrastra sobre la superficie y envía una onda de radio al suelo. La señal que se recupera da una imagen de lo que hay debajo de la superficie.
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Además de este tesoro biomecánico de datos, la técnica GPR brinda a los investigadores una forma de aprender sobre lo que los humanos primitivos hicieron cuando no estaban en un sitio para acampar o matar, los dos tipos de sitios arqueológicos más conocidos para este período de tiempo.
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