La imagen captada por el telescopio Zwicky Transient Facility.

Un asteroide roza la Tierra pasando a solo 3.000 kilómetros de su superficie

Del tamaño de un coche, los astrónomos lo han catalogado como el objeto no impactante conocido que más cerca ha sobrevolado el planeta

Iker Cortés

Madrid

Miércoles, 19 de agosto 2020, 19:25

Nadie lo vio venir, pero el pasado fin de semana un asteroide del tamaño de un coche se acercó a la Tierra como nunca antes lo había hecho ningún otro objeto, salvo los que han acabado estrellándose contra la atmósfera, claro. Esta roca espacial, ... que tiene un diámetro de aproximadamente entre tres y seis metros, sobrevoló el domingo nuestro planeta a tan solo 2.950 kilómetros de la superficie de la esfera terrestre, sobre el sur del Océano Índico, hacia las 7:08 hora española.

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Según desvelarían después los datos del Observatorio Astronómico Sormano, en Italia, la distancia supone un récord, pues jamás se había registrado un acercamiento tal. Eso sí, antes de que cunda el pánico, cabe aclarar que teniendo en cuenta las dimensiones del objeto, al que han dado en llamar 2020 QG, si hubiera impactado contra la Tierra, se habría convertido en una bola de fuego al atravesar la atmósfera, un fenómeno que ocurre varias veces al año.

No en vano la Universidad Purdue y la Escuela Imperial de Londres hicieron una simulación de impacto y llegaron a la conclusión de que si el asteroide hubiera entrado en la atmósfera, el estallido en el aire habría sido el equivalente a detonar dos docenas de kilotones de TNT, algo así como una de las bombas atómicas que EE UU dejó caer sobre Japón durante la II Guerra Mundial. ¿La diferencia? Que al haberse producido a entre 3 y 8 kilómetros sobre la superficie terrestre no habría supuesto peligro alguno para el ser humano, y sí un bello espectáculo pirotécnico.

Más sorprendente es, sin embargo, que el objeto solo fuese avistado por quienes escudriñan el espacio cuando ya había pasado de largo. Desde el Centro de Estudios de Objetos Próximos a la Tierra de la NASA se explicó el pasado lunes que el asteroide «se acercó sin ser detectado desde la dirección del Sol». «No lo vimos venir. No hay mucho que podamos hacer para detectar asteroides entrantes que provienen de la dirección del Sol, ya que los asteroides se detectan solo con telescopios ópticos (como el Zwicky Transient Facility), y solo podemos buscarlos en el cielo nocturno», explicó Paul Chodas, director de este departamento.

Los expertos estiman que hay cientos de millones de pequeños asteroides del tamaño de 2020 QG, pero hacen hincapié en que son extremadamente difíciles de descubrir hasta que no están lo suficientemente cerca del planeta. Y lo cierto es que la gran mayoría de los asteroides próximos a la Tierra (NEA por sus siglas en inglés) trazan generalmente trayectorias seguras a distancias mucho mayores.

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Por eso el espectáculo del pasado domingo fue una maravilla a ojos de los astrónomos. «Es realmente genial ver un pequeño asteroide acercarse tanto, porque podemos ver que la gravedad de la Tierra dobla drásticamente su trayectoria», explicó Chodas. «Nuestros cálculos muestran que este asteroide giró unos 45 grados cuando pasó por nuestro planeta», detalló este astrónomo de la agencia espacial estadounidense.

A una velocidad de casi 12,3 kilómetros por segundo, un poco más lento que el promedio, según Chodas, el 2020 QG se registró por primera vez como una racha larga en una imagen de cámara de campo amplio tomada por el Zwicky Transient Facility. La fotografía fue tomada seis horas después del punto de aproximación más cercano, cuando el asteroide ya se alejaba de la Tierra.

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