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El coordinador, Carlos Domingo de la Torre, con una paciente. BC

Cruz Roja atiende en Burgos a 433 drogodependientes y prevé un aumento con la desescalada

El Centro de Atención a Drogodependientes dio asistencia a 522 pacientes en 2019 y los profesionales han detectado un incremento de usuarios con adicción al cánnabis

Gloria Díez

Burgos

Domingo, 17 de mayo 2020, 09:09

La crisis de la covid-19 y posterior decreto del estado de alarma ha influido en todos los ámbitos de la sociedad, obligando a muchos profesionales a reinventarse para poder continuar prestando servicios esenciales. Es el caso del Centro de Atención a Drogodependientes de Cruz ... Roja en Burgos, que desde enero de 2020 atiende a 433 pacientes con adicción a diferentes sustancias, que requieren de atención médica, psicológica y social. En 2019 fueron 522 los usuarios que pasaron por este centro y el coordinador, Carlos Domingo de la Torre, prevé que la cifra cuando finalize el aislamiento social aumente considerablemente.

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«No hemos atendido a más personas en estos dos meses pero sí tenemos ya una pequeña lista de espera y creemos que habrá mucha presión asistencial cuando esto termine», explica Domingo de la Torre que considera que «mucha gente que no sabía que tenía un problema con el alcohol, la cocaína o los estupefacientes, habrá detectado durante el confinamiento que necesita ayuda, por eso es posible que vengan muchos más». De los usuarios que atienden en estos momentos, 142 requieren metadona como tratamiento para la desintoxicación, 38 otro sustitutivo. 237 tienen problemas con otras drogas, como el alcohol, las anfetaminas o el cánnabis.

Las normas impuestas por el estado de alarma y el confinamiento han dificultado la compra venta de estas sustancias, al haber mayor presencia policial, menos gente en las calles y locales cerrados. Esto ha propiciado que se haya consumido menos en los últimos meses, según la información que maneja de primera mano Domingo de la Torre, «hemos tenido que suspender la monitorización de tóxicos en la orina por lo que no tenemos datos cuantitativos pero sí cualitativos en base al seguimiento telefónico que realizamos a los pacientes». Han sido los propios usuarios quienes han manifestado la dificultad para consumir durante el estado de alarma y el cumplimiento del confinamiento, testimonios a los que el coordinador da «bastante verosimilitud»

Hábitos que han llegado para quedarse

De la noche a la mañana, el Centro de Atención a Drogodependientes pasó de ofrecer atención presencial a «evitar que los pacientes vinieran», asegura Domingo de la Torre. Esto trajo consigo una «adaptación exprés» para continuar atendiendo a personas que necesitan a diario su tratamiento con metadona y otras medicaciones. «A los pocos consumidores de heroína que hay en Burgos, al quedarse sin suministro, les atendimos con relativa urgencia y con todas las medidas de protección, otros venían a recoger su medicación y se la llevaban a sus casas y en casos muy puntuales de pacientes muy enfermos, se lo hemos acercado hasta su domicilio, reconoce el coordinador del servicio.

El acompañamiento y seguimiento telemático es otro aspecto que ha puesto a prueba el estado de alarma. En el caso de este servicio, los usuarios «han tenido una atención exhaustiva a través del teléfono» y una de las prioridades ha sido minimizar el impacto físico y sobre todo emocional de los pacientes durante el aislamiento. «Sabemos que la pandemia ha traído consigo cambios y problemas por el distanciamiento social y ahí hemos incidido», confiesa Domingo de la Torre.

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El perfil del drogodependiente en Burgos

Entre los usuarios de este servicio de Cruz Roja hay un porcentaje muy elevado de hombres frente a mujeres, «la diferencia sería de una mujer por cada cinco hombres», declara el coordinador. El rango de edad se encuentra entre los 35 y los 38 años y predominan los problemas con la cocaína aunque, tal y como señala Domingo de la Torre, «el consumo de esta sustancia suele ir ligado a a otros estimulantes». También hay pacientes crónicos que fueron adictos a la heroína en los años 80 y que han podido rehacer su vida gracias al tratamiento que se les facilita en el centro.

Otro de los aspectos que más llama la atención de los profesionales del servicio es el incremento en el consumo de cánnabis, «de cinco años a esta parte han aumentado mucho los casos de pacientes que vienen porque tienen adicción a esta droga» algo que, tal y como expone Domingo de la Torre, »se debe en parte a que ha cambiado la percepción, antes era una mal llamada droga blanda«.

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El coordinador aclara que la mayoría de las personas que acuden buscand ayuda, lo hacen de forma voluntaria. No obstante, también hay pacientes derivados de Salud Mental con quien «hay muy buena coordinación», de Atención Primaria y de los servicios judiciales, tal y como expone Domingo de la Torre.

Para dar cobertura a todos los ususarios son nueve profesionales trabajando en el Centro de Atención a Drogodependientes. «Dos médicos, dos enfermeras, dos psicólogos, dos trabajadores sociales y un administrativo» componen este equipo multidisciplinar que desarrolla su trabajo de forma específica en cada área pero que «está perfectamente unido para que los pacientes tengan éxito con su desintoxicación».

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